Nueva Biblia Latinoamericana
Y oró al SEÑOR: "¡Ah SEÑOR! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que Te arrepientes del mal anunciado . (Jonás 4:2)
Y ahora, oh SEÑOR, Te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida." (Jonás 4:3)
Y el SEÑOR dijo: "¿Tienes acaso razón para enojarte?" (Jonás 4:4)
Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad.
Y el SEÑOR Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta. (Jonás 4:6)
Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó. (Jonás 4:7)
Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: "Mejor me es la muerte que la vida." (Jonás 4:8)

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Jonás 4:5 - Referencia Cruzada

Allí entró en una cueva y pasó en ella la noche; y vino a él la palabra del SEÑOR, y El le dijo: "¿Qué haces aquí, Elías?" (1 Reyes 19:9)
Mira, ellos me dicen: "¿Dónde está la palabra del SEÑOR? Que venga ahora." (Jeremías 17:15)
Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente. (Jonás 1:5)
A causa de la iniquidad de su codicia, Me enojé y lo herí. Escondí Mi rostro y Me indigné, Y él siguió desviándose por el camino de su corazón. (Isaías 57:17)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)
Pero si digo: "No Lo recordaré Ni hablaré más en Su nombre," Esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente Encerrado en mis huesos. Hago esfuerzos por contenerlo , Y no puedo. (Jeremías 20:9)
Abraham se levantó muy de mañana, y fue al sitio donde había estado delante del SEÑOR. (Génesis 19:27)
Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y una voz vino a él y le preguntó: "¿Qué haces aquí, Elías?" (1 Reyes 19:13)