Nueva Biblia Latinoamericana
Y el SEÑOR dijo: "¿Tienes acaso razón para enojarte?" (Jonás 4:4)
Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad. (Jonás 4:5)
Y el SEÑOR Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta. (Jonás 4:6)
Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó.
Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: "Mejor me es la muerte que la vida." (Jonás 4:8)
Entonces Dios le preguntó a Jonás: "¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?" "Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte," le respondió. (Jonás 4:9)
Entonces el SEÑOR le dijo: "Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una noche y en una noche pereció, (Jonás 4:10)

Otras publicaciones relacionadas con "Jonás 4:7":

Valerie Gonzalez
Despierta y vete
Artículo sobre la importancia de despertar y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, cambiar nuestras prioridades y reconocer que Dios es el Dios de la tormenta. Se destaca la importancia de la oración y de estar dispuestos a desprendernos de lo que no es importante para lograr nuestro propósito y llevar la salvación a otros.


Samuel Caraballo
Las consecuencias de nuestras decisiones y acciones
En este artículo, Samuel Caraballo nos habla sobre las consecuencias de nuestras decisiones y acciones, y cómo la historia de Jonás nos enseña acerca de la importancia de la obediencia y la responsabilidad personal en nuestra relación con Dios.


Jonás 4:7 - Referencia Cruzada

Una voz dijo: "Clama." Entonces él respondió: "¿Qué he de clamar?" Que toda carne (todo ser viviente) es como la hierba, y todo su esplendor es como la flor del campo. (Isaías 40:6)
La vid se seca, Y se marchita la higuera; También el granado, la palmera y el manzano, Todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría De los hijos de los hombres. (Joel 1:12)
y dijo: "Desnudo salí del vientre de mi madre Y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; Bendito sea el nombre del SEÑOR." (Job 1:21)
En cuanto a mí, en mi prosperidad dije: "Jamás seré conmovido." (Salmos 30:6)
Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño; Son como la hierba que por la mañana reverdece; (Salmos 90:5)
A causa de Tu indignación y de Tu enojo; Pues Tú me has levantado y me has rechazado. (Salmos 102:10)