Y ahora, oh SEÑOR, Te ruego que me quites la vida, porque mejor me es la muerte que la vida."
(Jonás 4:3)Y el SEÑOR dijo: "¿Tienes acaso razón para enojarte?"
(Jonás 4:4)Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo la sombra de él, hasta ver qué sucedería en la ciudad.
(Jonás 4:5)Y el SEÑOR Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta.
Pero al rayar el alba del día siguiente Dios dispuso que un gusano atacara la planta, y ésta se secó.
(Jonás 4:7)Y sucedió que al salir el sol, Dios dispuso un sofocante viento del este, y el sol hirió la cabeza de Jonás, así que él desfallecía, y con toda su alma deseaba morir, y decía: "Mejor me es la muerte que la vida."
(Jonás 4:8)Entonces Dios le preguntó a Jonás: "¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta?" "Tengo mucha razón para enojarme hasta la muerte," le respondió.
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Jonás 4:6 - Referencia Cruzada
los que lloran, como si no lloraran; los que se regocijan, como si no se regocijaran; los que compran, como si no tuvieran nada;
(1 Corintios 7:30)Ustedes que se alegran por Lo Debar (en nada), Que dicen: "¿No hemos tomado para nosotros Carnáyim (dos cuernos) Con nuestra propia fuerza?"
(Amós 6:13)Y el SEÑOR dispuso un gran pez que se tragara a Jonás; y Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches.
(Jonás 1:17)No nos ha tratado según nuestros pecados, Ni nos ha pagado conforme a nuestras iniquidades.
(Salmos 103:10)Sin embargo, no se regocijen en esto, de que los espíritus se les sometan, sino regocíjense de que sus nombres están escritos en los cielos."
(Lucas 10:20)Se alegró por ello Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.
(Isaías 39:2)Aquel día Amán salió alegre y con corazón contento; pero cuando Amán vio a Mardoqueo en la puerta del rey y que éste no se levantaba ni temblaba delante de él, Amán se llenó de furor contra Mardoqueo.
(Ester 5:9)