Nueva Biblia Latinoamericana
Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta Mí." (Jonás 1:2)
Jonás se levantó, pero para huir a Tarsis, lejos de la presencia del SEÑOR. Y descendiendo a Jope, encontró un barco que iba a Tarsis, pagó el pasaje y entró en él para ir con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del SEÑOR. (Jonás 1:3)
Pero el SEÑOR desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse. (Jonás 1:4)
Los marineros tuvieron miedo y cada uno clamaba a su dios; y arrojaron al mar la carga que estaba en el barco para aligerarlo. Pero Jonás había bajado a la bodega del barco, se había acostado y dormía profundamente.
El capitán se le acercó y le dijo: "¿Cómo es que estás durmiendo? ¡Levántate, invoca a tu Dios! Quizás tu Dios piense en nosotros y no pereceremos." (Jonás 1:6)
Y cada uno dijo a su compañero: "Vengan, echemos suertes para saber por causa de quién nos ha venido esta calamidad." Y echaron suertes, y cayó la suerte sobre Jonás. (Jonás 1:7)
Entonces le dijeron: "Decláranos ahora por causa de quién nos ha venido esta calamidad. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?" (Jonás 1:8)

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Jonás 1:5 - Referencia Cruzada

Entonces vino Jesús a los discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: "¿Conque no pudieron velar una hora junto a Mí? (Mateo 26:40)
Cuando se levantó de orar, fue a los discípulos y los halló dormidos a causa de la tristeza, (Lucas 22:45)
Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. (Mateo 25:5)
Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga. (Hechos 27:18)
Satanás respondió al SEÑOR: "¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. (Job 2:4)
Entonces invocaron al SEÑOR, y dijeron: "Te rogamos, oh SEÑOR, no permitas que perezcamos ahora por causa de la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros sangre inocente; porque Tú, SEÑOR, has hecho como has deseado." (Jonás 1:14)
Y no claman a Mí de corazón Cuando gimen en sus lechos; Por el trigo y el vino nuevo se reúnen, Y se alejan de Mí. (Oseas 7:14)
Entonces tomaron el novillo que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "Oh Baal, respóndenos." Pero no hubo voz ni nadie respondió. Y danzaban alrededor del altar que habían hecho. (1 Reyes 18:26)
Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. (Filipenses 3:7)
Pero ¿dónde están tus dioses, Los que hiciste para ti? Que se levanten, a ver si pueden salvarte En el tiempo de tu calamidad; Porque según el número de tus ciudades Son tus dioses, oh Judá. (Jeremías 2:28)
Y del resto hace un dios, su ídolo. Se postra delante de él, lo adora, y le ruega, diciendo: "Líbrame, pues tú eres mi dios." (Isaías 44:17)
Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego ella comenzó a afligirlo y su fuerza lo dejó. (Jueces 16:19)
Vino otra vez Jesús y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. (Mateo 26:43)
Y aquellos hombres temieron en gran manera al SEÑOR; ofrecieron un sacrificio al SEÑOR y le hicieron votos. (Jonás 1:16)
Llegó a unos rediles de ovejas en el camino, donde había una cueva, y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. Y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. (1 Samuel 24:3)
Entonces vino a los discípulos y les dijo: "¿Todavía están durmiendo y descansando? Vean, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. (Mateo 26:45)
Reúnanse y vengan; Juntos acérquense, fugitivos de las naciones. No tienen conocimiento Los que llevan su ídolo de madera Y suplican a un dios que no puede salvar. (Isaías 45:20)
El capitán se le acercó y le dijo: "¿Cómo es que estás durmiendo? ¡Levántate, invoca a tu Dios! Quizás tu Dios piense en nosotros y no pereceremos." (Jonás 1:6)
Una vez saciados, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar. (Hechos 27:38)