Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando El le ordenó al hombre vestido de lino: "Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines," él entró y se paró junto a una rueda. (Ezequiel 10:6)
El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que estaba entre ellos, lo tomó y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió. (Ezequiel 10:7)
Debajo de sus alas los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre. (Ezequiel 10:8)
Entonces miré, y vi cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis.
En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda. (Ezequiel 10:10)
Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro, sin volverse cuando andaban. (Ezequiel 10:11)
Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor, las ruedas de los cuatro. (Ezequiel 10:12)

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Ezequiel 10:9 - Referencia Cruzada

Miré a los seres vivientes, y vi que había una rueda en la tierra junto a cada uno de los seres vivientes de cuatro caras. (Ezequiel 1:15)
Su cuerpo era como de berilo, su rostro tenía la apariencia de un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. (Daniel 10:6)
el quinto, sardónice; el sexto, sardio; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; y el duodécimo, amatista. (Apocalipsis 21:20)