Debajo de sus alas los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre.
(Ezequiel 10:8)Entonces miré, y vi cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis.
(Ezequiel 10:9)En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda.
(Ezequiel 10:10)Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro, sin volverse cuando andaban.
Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las ruedas estaban llenos de ojos alrededor, las ruedas de los cuatro.
(Ezequiel 10:12)Y cada uno de los querubines tenía cuatro caras. La primera cara era la cara de un querubín, la segunda, la cara de un hombre, la tercera, la cara de un león y la cuarta, la cara de un águila.
(Ezequiel 10:14)Otras publicaciones relacionadas con "Ezequiel 10:11":
Ezequiel 10:11 - Referencia Cruzada
Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban.
(Ezequiel 1:17)Adondequiera que iba el espíritu, iban ellos en esa dirección. Y las ruedas se levantaban junto con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
(Ezequiel 1:20)Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; solamente di la palabra y mi criado quedará sano.
(Mateo 8:8)En cuanto a la forma de sus caras, eran las mismas caras cuya apariencia yo había visto junto al río Quebar. Cada uno caminaba derecho hacia adelante.
(Ezequiel 10:22)