El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso (El Shaddai) cuando habla.
(Ezequiel 10:5)Cuando El le ordenó al hombre vestido de lino: "Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines," él entró y se paró junto a una rueda.
(Ezequiel 10:6)El querubín extendió su mano de entre los querubines hacia el fuego que estaba entre ellos, lo tomó y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió.
(Ezequiel 10:7)Debajo de sus alas los querubines parecían tener la forma de la mano de un hombre.
Entonces miré, y vi cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis.
(Ezequiel 10:9)En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una rueda estuviera dentro de la otra rueda.
(Ezequiel 10:10)Cuando andaban, se movían en las cuatro direcciones, sin volverse cuando andaban, sino que seguían la dirección en que ponían el rostro, sin volverse cuando andaban.
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Ezequiel 10:8 - Referencia Cruzada
Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había una semejanza de manos de hombre debajo de sus alas.
(Ezequiel 10:21)Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas.
(Isaías 6:6)Bajo sus alas, a sus cuatro lados, tenían manos humanas. Los cuatro tenían caras y alas.
(Ezequiel 1:8)