Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el SEÑOR me respondió: "La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es grande en extremo, la tierra está llena de sangre y la ciudad está llena de perversión; porque dicen: 'El SEÑOR ha abandonado la tierra, el SEÑOR nada ve.' (Ezequiel 9:9)
Pero en cuanto a Mí, tampoco Mi ojo tendrá piedad, ni Yo perdonaré, sino que haré recaer su conducta sobre sus cabezas." (Ezequiel 9:10)
Entonces el hombre vestido de lino que tenía la cartera a la cintura, trajo un informe, diciendo: "He hecho tal como me ordenaste." (Ezequiel 9:11)
Después miré, y en el firmamento que estaba sobre las cabezas de los querubines, vi que apareció sobre ellos como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono.
Y el SEÑOR le dijo al hombre vestido de lino: "Entra en medio de las ruedas debajo de los querubines, llena tus manos de carbones encendidos de entre los querubines y espárcelos sobre la ciudad." Y el hombre entró ante mis ojos. (Ezequiel 10:2)
Los querubines estaban de pie a la derecha del templo cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. (Ezequiel 10:3)
Entonces la gloria del SEÑOR subió del querubín hacia el umbral del templo, y el templo se llenó de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR. (Ezequiel 10:4)

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Ezequiel 10:1 - Referencia Cruzada

Entonces los querubines alzaron sus alas con las ruedas a su lado, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos. (Ezequiel 11:22)
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El Lo ha dado a conocer. (Juan 1:18)
Los carros de Dios son miríadas, millares de millares; El Señor está entre ellos en santidad, como en el Sinaí. (Salmos 68:17)
Estos eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel junto al río Quebar; entonces supe que eran querubines. (Ezequiel 10:20)
Estaré en mi puesto de guardia, Y sobre la fortaleza me pondré; Velaré para ver lo que El me dice, Y qué he de responder cuando sea reprendido. (Habacuc 2:1)
Pero el SEÑOR dijo: "¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? (Génesis 18:17)
Pero el SEÑOR dijo a Josué: "Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey con sus valientes guerreros. (Josué 6:2)
Al instante estaba yo en el Espíritu, y vi un trono colocado en el cielo, y a Uno sentado en el trono. (Apocalipsis 4:2)
Entonces los hombres se apartaron de allí y fueron hacia Sodoma, mientras Abraham estaba todavía de pie delante del SEÑOR. (Génesis 18:22)
Después de muchos días el SEÑOR me dijo: "Levántate, vete al Eufrates y toma de allí el cinturón que te mandé que escondieras allá." (Jeremías 13:6)
Cuando Josué estaba ya cerca de Jericó, levantó los ojos y vio que un hombre estaba frente a él con una espada desenvainada en la mano, y Josué fue hacia él y le dijo: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?" (Josué 5:13)
Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR: (Jeremías 13:8)
Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel (El rostro de Dios), porque dijo: "He visto a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida." (Génesis 32:30)
Cuando Abraham alzó los ojos y miró, había tres hombres parados frente a él. Al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, (Génesis 18:2)
Y &Abraham dijo: "Ahora me he atrevido a hablar al Señor. Tal vez se hallen allí veinte." Y El respondió: "No la destruiré por consideración a los veinte." (Génesis 18:31)
Entonces el centinela gritó: "Oh Señor, de día yo estoy continuamente en la atalaya, Y todas las noches permanezco en mi puesto de guardia. (Isaías 21:8)
Di al rey y a la reina madre: "Humíllense, siéntense en el suelo , Porque ha caído de sus cabezas Su hermosa corona." (Jeremías 13:18)
Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. (Génesis 32:24)
y vieron al Dios de Israel. Debajo de Sus pies había como un embaldosado de zafiro, tan claro como el mismo cielo. (Éxodo 24:10)
Cabalgó sobre un querubín, y voló; Y rápido voló sobre las alas del viento. (Salmos 18:10)
Sobre las cabezas de los seres vivientes había algo semejante a un firmamento con el brillo deslumbrante de un cristal, extendido por encima de sus cabezas. (Ezequiel 1:22)
Ese poder obró en Cristo cuando Lo resucitó de entre los muertos y Lo sentó a Su diestra en los lugares celestiales, (Efesios 1:20)
En medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que Le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. (Apocalipsis 1:13)
quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que Le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3:22)