Nueva Biblia Latinoamericana
Y sucedía que después que Jehudí había leído tres o cuatro columnas, el rey lo cortaba con el cuchillo del escriba y lo echaba al fuego que estaba en el brasero, hasta consumir todo el rollo en el fuego que estaba en el brasero. (Jeremías 36:23)
Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras. (Jeremías 36:24)
Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso. (Jeremías 36:25)
Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió.
Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías: (Jeremías 36:27)
Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las palabras que antes había en el primer rollo que quemó Joacim, rey de Judá. (Jeremías 36:28)
Y a Joacim, rey de Judá, le dirás: 'Así dice el SEÑOR: "Tú has quemado este rollo, diciendo: '¿Por qué has escrito en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia y destruirá esta tierra, y hará desaparecer de ella a hombres y animales?'" (Jeremías 36:29)

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Jeremías 36:26 - Referencia Cruzada

Entonces Jeremías dio órdenes a Baruc: "Estoy detenido; no puedo entrar en la casa del SEÑOR. (Jeremías 36:5)
Entonces los oficiales dijeron a Baruc: "Ve, escóndete, tú y Jeremías, y que nadie sepa donde están." (Jeremías 36:19)
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah) (Salmos 32:7)
En vano he herido a sus hijos, No han aceptado corrección. La espada de ustedes ha devorado a sus profetas Como león destructor. (Jeremías 2:30)
El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre. (Salmos 121:8)
Vive el SEÑOR su Dios, que no hay nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarlo; y cuando decían: 'No está aquí,' hacía jurar al reino o a la nación que no lo habían hallado. (1 Reyes 18:10)
Los Fariseos oyeron a la multitud murmurando estas cosas acerca de El. Entonces los principales sacerdotes y los Fariseos enviaron guardias para que Lo prendieran. (Juan 7:32)
Sal de aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. (1 Reyes 17:3)
Y te pondré para este pueblo Por muralla de bronce invencible; Lucharán contra ti, Pero no te vencerán, Porque Yo estoy contigo para salvarte Y librarte," declara el SEÑOR. (Jeremías 15:20)
Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, Del asalto de los obradores de iniquidad, (Salmos 64:2)
Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; En lo secreto de Su tienda me ocultará; Sobre una roca me pondrá en alto. (Salmos 27:5)
Entonces él respondió: "He tenido mucho celo por el SEÑOR, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela." (1 Reyes 19:14)
Cuando Pedro volvió en sí, dijo: "Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a Su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes (Agripa I) y de todo lo que esperaba el pueblo de los Judíos." (Hechos 12:11)
Cuando descendieron hacia él los Arameos, Eliseo oró al SEÑOR, y dijo: "Te ruego que hieras a esta gente con ceguera." Y El los hirió con ceguera conforme a la palabra de Eliseo. (2 Reyes 6:18)
Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. (Juan 8:59)
Mientras Jesús estaba todavía hablando, Judas, uno de los doce (discípulos), llegó acompañado de una gran multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. (Mateo 26:47)
Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas. A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad, (Mateo 23:34)
Pelearán contra ti, pero no te vencerán, Porque Yo estoy contigo," declara el SEÑOR, "para librarte." (Jeremías 1:19)
Y él respondió: "He tenido mucho celo por el SEÑOR, Dios de los ejércitos; porque los Israelitas han abandonado Tu pacto, han derribado Tus altares y han matado a espada a Tus profetas. He quedado yo solo y buscan mi vida para quitármela." (1 Reyes 19:10)
Para el director del coro; según tonada de "No Destruyas." Mictam de David, en la cueva, cuando huía de Saúl. Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, Porque en Ti se refugia mi alma; En la sombra de Tus alas me ampararé Hasta que la destrucción pase. (Salmos 57:1)
Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y quédate allí; porque yo he mandado a una viuda de allí que te sustente." (1 Reyes 17:9)
Cuando el rey Joacim y todos sus valientes y todos los jefes oyeron sus palabras, el rey procuró matarlo; pero Urías se enteró, tuvo miedo, huyó y se fue a Egipto. (Jeremías 26:21)
Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora. (Juan 8:20)
pues cuando Jezabel destruyó a los profetas del SEÑOR, Abdías tomó a cien profetas y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.) (1 Reyes 18:4)
Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo había matado a espada a todos los profetas. (1 Reyes 19:1)
Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos Y cierra tras ti tus puertas; Escóndete por corto tiempo Hasta que pase la indignación. (Isaías 26:20)
Y los principales sacerdotes y los Fariseos habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que Lo prendieran. (Juan 11:57)
El que habita al amparo del Altísimo Morará a la sombra del Omnipotente. (Salmos 91:1)