Nueva Biblia Latinoamericana
Y sucedió que a la séptima vez, él dijo: "Veo una nube tan pequeña como la mano de un hombre, que sube del mar." Y Elías le dijo: "Sube, y dile a Acab: 'Prepara tu carro y desciende, para que la fuerte lluvia no te detenga.'" (1 Reyes 18:44)
Al poco tiempo, el cielo se oscureció con nubes y viento, y hubo gran lluvia. Y Acab montó en su carro y fue a Jezreel. (1 Reyes 18:45)
Y la mano del SEÑOR estaba sobre Elías, quien ajustándose el cinturón corrió delante de Acab hasta Jezreel. (1 Reyes 18:46)
Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho y cómo había matado a espada a todos los profetas.
Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: "Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu vida como la vida de uno de ellos." (1 Reyes 19:2)
Elías tuvo miedo, y se levantó y se fue para salvar su vida; y vino a Beerseba de Judá y dejó allí a su criado, (1 Reyes 19:3)
y anduvo por el desierto un día de camino, y vino y se sentó bajo un arbusto (enebro); pidió morirse y dijo: "Basta ya, SEÑOR, toma mi vida porque yo no soy mejor que mis padres." (1 Reyes 19:4)

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1 Reyes 19:1 - Referencia Cruzada

Ciertamente no hubo nadie como Acab que se vendiera para hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, porque Jezabel su mujer lo había convencido. (1 Reyes 21:25)
Como si fuera poco el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Et Baal, rey de los Sidonios, y fue a servir a Baal y lo adoró. (1 Reyes 16:31)
Entonces Elías les dijo: "Prendan a los profetas de Baal, que no se escape ninguno de ellos." Los prendieron, y Elías los hizo bajar al torrente Cisón y allí los degolló. (1 Reyes 18:40)
Pero Jezabel su mujer se acercó a él, y le preguntó: "¿Por qué está tu espíritu tan decaído que no comes?" (1 Reyes 21:5)