Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió.
(Jeremías 36:26)Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, después que el rey había quemado el rollo y las palabras que Baruc había escrito al dictado de Jeremías:
(Jeremías 36:27)Vuelve a tomar otro rollo y escribe en él todas las palabras que antes había en el primer rollo que quemó Joacim, rey de Judá.
(Jeremías 36:28)Y a Joacim, rey de Judá, le dirás: 'Así dice el SEÑOR: "Tú has quemado este rollo, diciendo: '¿Por qué has escrito en él que ciertamente vendrá el rey de Babilonia y destruirá esta tierra, y hará desaparecer de ella a hombres y animales?'"
Por tanto, así dice el SEÑOR acerca de Joacim, rey de Judá: "No tendrá quien se siente sobre el trono de David, y su cadáver quedará tirado al calor del día y a la escarcha de la noche.
(Jeremías 36:30)Lo castigaré, a él, a su descendencia y a sus siervos por su iniquidad, y traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá toda la calamidad que les he anunciado, sin que ellos escucharan."'"
(Jeremías 36:31)Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al escriba Baruc, hijo de Nerías, y éste escribió en él al dictado de Jeremías todas las palabras del libro que Joacim, rey de Judá, había quemado en el fuego, y aun se le añadieron muchas palabras semejantes.
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Jeremías 36:29 - Referencia Cruzada
Que dicen a los videntes: "No vean visiones;" Y a los profetas: "No nos profeticen lo que es recto, Dígannos palabras agradables, Profeticen ilusiones.
(Isaías 30:10)¿Anularás realmente Mi juicio? ¿Me condenarás para justificarte tú?
(Job 40:8)Y a Sedequías, rey de Judá, y a sus oficiales los entregaré en manos de sus enemigos, en manos de los que buscan su vida y en manos del ejército del rey de Babilonia, que se ha retirado de ustedes.
(Jeremías 34:21)porque Sedequías, rey de Judá, lo había encerrado, diciéndole: "¿Por qué profetizas: 'Así dice el SEÑOR: "Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la tomará;
(Jeremías 32:3)pero si es de Dios, no podrán destruirlos; no sea que se hallen luchando contra Dios."
(Hechos 5:39)¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?
(1 Corintios 10:22)¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡el tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al alfarero: 'Qué haces'? ¿O tu obra dirá: 'El no tiene manos'?
(Isaías 45:9)Por tanto, así dice el SEÑOR: "Voy a entregar esta ciudad en mano de los Caldeos y en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él la tomará.
(Jeremías 32:28)Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Yo haré volver atrás las armas de guerra que ustedes tienen en sus manos, con las cuales pelean contra el rey de Babilonia y contra los Caldeos que los sitian fuera de los muros, y las reuniré en medio de esta ciudad.
(Jeremías 21:4)Los profetas que fueron antes de mí y antes de ti desde la antigüedad, profetizaron guerra, calamidad y pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos.
(Jeremías 28:8)Les dimos órdenes estrictas de no continuar enseñando en este Nombre, y han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y quieren traer sobre nosotros la sangre de este Hombre."
(Hechos 5:28)La ansiedad y la angustia lo aterran, Lo dominan como rey dispuesto para el ataque;
(Job 15:24)Los que hacen que una persona sea acusada por una palabra, Y tienden lazos al que juzga en la puerta, Y defraudan al justo con vanos argumentos.
(Isaías 29:21)Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá, diciendo: 'Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón, a fin de destruir la tierra regada junto con la seca.'
(Deuteronomio 29:19)Porque he puesto Mi rostro contra esta ciudad para mal, y no para bien," declara el SEÑOR. "Será entregada en manos del rey de Babilonia, quien le prenderá fuego."'
(Jeremías 21:10)¿Por qué has profetizado en nombre del SEÑOR, diciendo: 'Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante alguno?'" Y todo el pueblo se congregó contra Jeremías en la casa del SEÑOR.
(Jeremías 26:9)