Aun en la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. (Juan 8:17)

Yo soy el que doy testimonio de Mí mismo, y el Padre que Me envió da testimonio de Mí." (Juan 8:18)

Entonces Le decían: "¿Dónde está Tu Padre?" "Ustedes no Me conocen a Mí ni a Mi Padre," les respondió Jesús. "Si Me conocieran, conocerían también a Mi Padre." (Juan 8:19)

Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora.

Entonces Jesús les dijo de nuevo: "Yo me voy, y Me buscarán, y ustedes morirán en su pecado; adonde Yo voy, ustedes no pueden ir." (Juan 8:21)

Por eso los Judíos decían: "¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: 'Adonde Yo voy, ustedes no pueden ir'?" (Juan 8:22)

Y Jesús les decía: "Ustedes son de abajo, Yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, Yo no soy de este mundo. (Juan 8:23)

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Juan 8:20 - Referencia Cruzada

Y llamando Jesús a Sus discípulos, les dijo: "En verdad les digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro; (Marcus 12:43)

Suban ustedes a la fiesta; Yo no subo a esta fiesta porque Mi tiempo aún no se ha cumplido." (Juan 7:8)

Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. (Juan 8:59)

Jesús se sentó frente al arca del tesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en el arca del tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades. (Marcus 12:41)

porque los cuatro jefes de los porteros que eran Levitas estaban en puestos de confianza, y estaban encargados de las cámaras y los tesoros de la casa de Dios. (1 Crónicas 9:26)

En ese momento llegaron unos Fariseos y dijeron a Jesús: "Sal y vete de aquí, porque Herodes (Antipas) Te quiere matar." (Lucas 13:31)

Procuraban, pues, prender a Jesús; pero nadie Le echó mano porque todavía no había llegado Su hora. (Juan 7:30)

Por eso procuraban otra vez prender a Jesús, pero El se les escapó de entre las manos. (Juan 10:39)

Jesús respondió: "¿No hay doce horas en el día? Si alguien anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo. (Juan 11:9)

Los escribas y los principales sacerdotes procuraron arrestar a Jesús en aquella misma hora, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temieron al pueblo. (Lucas 20:19)

Y algunos de ellos querían prender a Jesús, pero nadie Le echó mano. (Juan 7:44)

Los principales sacerdotes tomaron las monedas de plata, y dijeron: "No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre." (Mateo 27:6)