Nueva Biblia Latinoamericana
En tiempos de Acab, Hiel de Betel (Casa de Dios) reedificó Jericó. A costa de la vida de Abiram su primogénito puso sus cimientos, y a costa de la vida de su hijo menor Segub levantó sus puertas, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de Josué, hijo de Nun. (1 Reyes 16:34)
Elías el Tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: "Vive el SEÑOR, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca." (1 Reyes 17:1)
Y vino a Elías la palabra del SEÑOR, diciendo: (1 Reyes 17:2)
Sal de aquí y dirígete hacia el oriente, y escóndete junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán.
Y beberás del arroyo, y he ordenado a los cuervos que te sustenten allí." (1 Reyes 17:4)
El fue e hizo conforme a la palabra del SEÑOR, pues fue y habitó junto al arroyo Querit, que está al oriente del Jordán. (1 Reyes 17:5)
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y bebía del arroyo. (1 Reyes 17:6)

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1 Reyes 17:3 - Referencia Cruzada

Entonces los oficiales dijeron a Baruc: "Ve, escóndete, tú y Jeremías, y que nadie sepa donde están." (Jeremías 36:19)
De las conspiraciones de los hombres Tú los escondes en lo secreto de Tu presencia; En un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas. (Salmos 31:20)
La mujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí por 1,260 días. (Apocalipsis 12:6)
Hacen planes astutos contra Tu pueblo, Y juntos conspiran contra Tus protegidos. (Salmos 83:3)
(de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. (Hebreos 11:38)
Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila a fin de que volara de la presencia de la serpiente al desierto, a su lugar, donde fue sustentada por un tiempo, tiempos y medio tiempo. (Apocalipsis 12:14)
Respondió Micaías: "Tú mismo lo verás aquel día en que entres en un aposento interior para esconderte." (1 Reyes 22:25)
Luego el rey ordenó a Jerameel, hijo del rey, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, que prendieran al escriba Baruc y al profeta Jeremías, pero el SEÑOR los escondió. (Jeremías 36:26)
Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. (Juan 8:59)
Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Pablo para que fuera hasta el mar; pero Silas y Timoteo se quedaron allí. (Hechos 17:14)