Nueva Biblia Latinoamericana
Ahora bien, enmienden sus caminos y sus obras, y obedezcan al SEÑOR su Dios, y el SEÑOR se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra ustedes. (Jeremías 26:13)
En cuanto a mí, estoy en sus manos; hagan de mí como mejor y más recto sea a sus ojos. (Jeremías 26:14)
Pero sepan bien que si me matan, sangre inocente echarán sobre ustedes y sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque en verdad el SEÑOR me ha enviado a ustedes para hablar en sus oídos todas estas palabras." (Jeremías 26:15)
Entonces los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado."
Y se levantaron algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, y dijeron: (Jeremías 26:17)
Miqueas de Moréset profetizó en días de Ezequías, rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá: 'Así ha dicho el SEÑOR de los ejércitos: "Sion será arada como un campo, Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas, Y el monte del santuario será como los lugares altos de un bosque."' (Jeremías 26:18)
¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo Judá le dieron muerte a Miqueas? ¿No temió él al SEÑOR y suplicó el favor del SEÑOR, y el SEÑOR se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos? Nosotros, pues, estamos cometiendo un gran mal contra nosotros mismos." (Jeremías 26:19)

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Jeremías 26:16 - Referencia Cruzada

Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, Aun a sus enemigos hace que estén en paz con él. (Proverbios 16:7)
Pilato preguntó: "¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?" Pero ellos gritaban aún más: "¡Sea crucificado!" (Mateo 27:23)
y les dijo: "Me han presentado a este hombre como uno que incita al pueblo a la rebelión, pero habiéndolo interrogado yo delante de ustedes, no he hallado ningún delito en este hombre de las acusaciones que hacen contra El. (Lucas 23:14)
Ebed Melec el Etíope, eunuco del palacio del rey, oyó que habían echado a Jeremías en la cisterna. Estando el rey sentado a la Puerta de Benjamín, (Jeremías 38:7)
Y aunque Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso. (Jeremías 36:25)
El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: "En verdad éste era Hijo de Dios." (Mateo 27:54)
y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero no de ningún cargo que mereciera muerte o prisión. (Hechos 23:29)
Se produjo entonces un gran alboroto. Y levantándose algunos de los escribas del grupo de los Fariseos, discutían enérgicamente, diciendo: "No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado?" (Hechos 23:9)
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: "¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus propios oídos." (Jeremías 26:11)
Pero a mí me parece que no ha hecho nada digno de muerte, pero como él mismo apeló al emperador (Nerón), he decidido enviarlo a Roma. (Hechos 25:25)
Porque si permaneces callada en este tiempo, alivio y liberación vendrán de otro lugar para los Judíos, pero tú y la casa de tu padre perecerán. ¿Y quién sabe si para una ocasión como ésta tú habrás llegado a ser reina?" (Ester 4:14)
Pero cierto Fariseo llamado Gamaliel, maestro de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Concilio (Sanedrín) y ordenó que sacaran fuera a los apóstoles por un momento. (Hechos 5:34)
y mientras se retiraban, hablaban entre sí, diciendo: "Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión." (Hechos 26:31)
Entonces los oficiales dijeron a Baruc: "Ve, escóndete, tú y Jeremías, y que nadie sepa donde están." (Jeremías 36:19)
Nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero éste nada malo ha hecho." (Lucas 23:41)
Al ver el centurión lo que había sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: "Ciertamente, este hombre era inocente (justo)." (Lucas 23:47)