Nueva Biblia Latinoamericana
Era ya como la hora sexta (mediodía), cuando descendieron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena (3 p.m.), (Lucas 23:44)
al eclipsarse el sol. El velo del templo se rasgó en dos. (Lucas 23:45)
Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: "Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU." Habiendo dicho esto, expiró. (Lucas 23:46)
Al ver el centurión lo que había sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: "Ciertamente, este hombre era inocente (justo)."
Todas las multitudes que se habían reunido para presenciar este espectáculo, al observar lo que había acontecido, se volvieron golpeándose el pecho. (Lucas 23:48)
Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que Lo habían acompañado desde Galilea, estaban a cierta distancia viendo estas cosas. (Lucas 23:49)
Había un hombre llamado José, miembro del Concilio (Sanedrín), varón bueno y justo, (Lucas 23:50)

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Lucas 23:47 - Referencia Cruzada

Nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero éste nada malo ha hecho." (Lucas 23:41)
El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: "En verdad éste era Hijo de Dios." (Mateo 27:54)
Viendo el centurión que estaba frente a El, la manera en que expiró, dijo: "En verdad este hombre era Hijo de Dios." (Marcus 15:39)