Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: "¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus propios oídos." (Jeremías 26:11)
Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, y les dijo: "El SEÑOR me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que han oído. (Jeremías 26:12)
Ahora bien, enmienden sus caminos y sus obras, y obedezcan al SEÑOR su Dios, y el SEÑOR se arrepentirá del mal que ha pronunciado contra ustedes. (Jeremías 26:13)
En cuanto a mí, estoy en sus manos; hagan de mí como mejor y más recto sea a sus ojos.
Pero sepan bien que si me matan, sangre inocente echarán sobre ustedes y sobre esta ciudad y sobre sus habitantes; porque en verdad el SEÑOR me ha enviado a ustedes para hablar en sus oídos todas estas palabras." (Jeremías 26:15)
Entonces los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Que no haya sentencia de muerte para este hombre, porque en nombre del SEÑOR nuestro Dios nos ha hablado." (Jeremías 26:16)
Y se levantaron algunos de los ancianos del país y hablaron a toda la asamblea del pueblo, y dijeron: (Jeremías 26:17)

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Jeremías 26:14 - Referencia Cruzada

Ahora pues, estamos en tus manos. Haz con nosotros lo que te parezca bueno y justo." (Josué 9:25)
El rey Sedequías dijo: "El está en sus manos; pues el rey nada puede hacer contra ustedes." (Jeremías 38:5)
Pero si El dijera así: 'No me complazco en ti,' mira, aquí estoy, que haga conmigo lo que bien le parezca." (2 Samuel 15:26)
Sadrac, Mesac y Abed Nego le respondieron al rey Nabucodonosor: "No necesitamos darle una respuesta acerca de este asunto. (Daniel 3:16)