Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran Saduceos y otra Fariseos, alzó la voz en el Concilio: "Hermanos, yo soy Fariseo, hijo de Fariseos. Se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos." (Hechos 23:6)
Cuando dijo esto, se produjo un altercado entre los Fariseos y los Saduceos, y la asamblea se dividió. (Hechos 23:7)
Porque los Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, pero los Fariseos creen todo esto. (Hechos 23:8)
Se produjo entonces un gran alboroto. Y levantándose algunos de los escribas del grupo de los Fariseos, discutían enérgicamente, diciendo: "No encontramos nada malo en este hombre; pero ¿y si un espíritu o un ángel le ha hablado?"
Al surgir un gran altercado, el comandante tuvo temor de que Pablo fuera despedazado por ellos, y ordenó que las tropas descendieran, lo sacaran de entre ellos a la fuerza y lo llevaran al cuartel. (Hechos 23:10)
A la noche siguiente el Señor se le apareció a Pablo y le dijo: "Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de Mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma." (Hechos 23:11)
Cuando se hizo de día, los Judíos tramaron una conspiración y se comprometieron bajo juramento, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo. (Hechos 23:12)

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Hechos 23:9 - Referencia Cruzada

Entonces Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: "No encuentro delito en este hombre." (Lucas 23:4)
Cuando regresé a Jerusalén y me hallaba orando en el templo, caí en un éxtasis, (Hechos 22:17)
Y dijo a David: "Eres más justo que yo, porque tú me has tratado bien mientras que yo te he tratado con maldad. (1 Samuel 24:17)
y mientras se retiraban, hablaban entre sí, diciendo: "Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión." (Hechos 26:31)
Caí al suelo y oí una voz que me decía: 'Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?' (Hechos 22:7)
Y los Fariseos y sus escribas se quejaban a los discípulos de Jesús, diciendo: "¿Por qué comen y beben ustedes con los recaudadores de impuestos y con los pecadores?" (Lucas 5:30)
Y él les dijo por tercera vez: "¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho Este? No he hallado en El ningún delito digno de muerte; por tanto, Lo castigaré y Lo soltaré." (Lucas 23:22)
¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El? (1 Corintios 10:22)
Cuando los caminos del hombre son agradables al SEÑOR, Aun a sus enemigos hace que estén en paz con él. (Proverbios 16:7)
Pero a mí me parece que no ha hecho nada digno de muerte, pero como él mismo apeló al emperador (Nerón), he decidido enviarlo a Roma. (Hechos 25:25)
Porque los Saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, pero los Fariseos creen todo esto. (Hechos 23:8)
pero si es de Dios, no podrán destruirlos; no sea que se hallen luchando contra Dios." (Hechos 5:39)
Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues?" (Hechos 9:4)
y hallé que lo acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero no de ningún cargo que mereciera muerte o prisión. (Hechos 23:29)
Por eso la multitud que estaba allí y oyó la voz, decía que había sido un trueno; otros decían: "Un ángel Le ha hablado." (Juan 12:29)
Cuando los escribas de los Fariseos vieron que El comía con pecadores y recaudadores de impuestos, decían a Sus discípulos: "¿Por qué El come y bebe con recaudadores de impuestos y pecadores?" (Marcus 2:16)
y les dijo: "Me han presentado a este hombre como uno que incita al pueblo a la rebelión, pero habiéndolo interrogado yo delante de ustedes, no he hallado ningún delito en este hombre de las acusaciones que hacen contra El. (Lucas 23:14)
Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos dio a nosotros después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios?" (Hechos 11:17)
Después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma Hebreo: 'Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.' (Hechos 26:14)
Porque esta noche estuvo en mi presencia un ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, (Hechos 27:23)