Nueva Biblia Latinoamericana
entonces pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición para todas las naciones de la tierra."'" (Jeremías 26:6)
Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras en la casa del SEÑOR. (Jeremías 26:7)
Cuando Jeremías terminó de decir todo lo que el SEÑOR le había mandado que hablara a todo el pueblo, lo apresaron los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, diciendo: "De cierto, morirás. (Jeremías 26:8)
¿Por qué has profetizado en nombre del SEÑOR, diciendo: 'Esta casa será como Silo y esta ciudad quedará desolada sin habitante alguno?'" Y todo el pueblo se congregó contra Jeremías en la casa del SEÑOR.
Cuando los jefes de Judá oyeron estas cosas, subieron de la casa del rey a la casa del SEÑOR, y se sentaron a la entrada de la Puerta Nueva de la casa del SEÑOR. (Jeremías 26:10)
Entonces los sacerdotes y los profetas hablaron a los jefes y a todo el pueblo, y les dijeron: "¡Sentencia de muerte para este hombre!, porque ha profetizado contra esta ciudad, como han oído con sus propios oídos." (Jeremías 26:11)
Entonces Jeremías habló a todos los jefes y a todo el pueblo, y les dijo: "El SEÑOR me ha enviado a profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las palabras que han oído. (Jeremías 26:12)

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Jeremías 26:9 - Referencia Cruzada

Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana (Artemisa) y producía no pocas ganancias a los artífices, (Hechos 19:24)
porque le hemos oído decir que este Nazareno, Jesús, destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que Moisés nos dejó." (Hechos 6:14)
Pero a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, vamos a amenazarlos para que no hablen más a ningún hombre en este nombre." (Hechos 4:17)
Y mientras el profeta hablaba con él, el rey le dijo: "¿Acaso te hemos constituido consejero real? Detente. ¿Por qué buscas que te maten?" Entonces el profeta se detuvo, y dijo: "Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo." (2 Crónicas 25:16)
Entonces Amasías, sacerdote de Betel (Casa de Dios), envió palabra a Jeroboam, rey de Israel: "Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra ya no puede soportar todas sus palabras. (Amós 7:10)
No profeticen' dicen, y profetizan. Aunque ellos (los profetas) no profeticen acerca de estas cosas, No serán retenidos los reproches. (Miqueas 2:6)
Ellos odian en la puerta (de la ciudad) al que reprende, Y aborrecen al que habla con integridad. (Amós 5:10)
La multitud lo oyó hasta que dijo esto, entonces alzaron sus voces y dijeron: "¡Quita de la tierra a ese hombre! No se le debe permitir que viva." (Hechos 22:22)
Los que hacen que una persona sea acusada por una palabra, Y tienden lazos al que juzga en la puerta, Y defraudan al justo con vanos argumentos. (Isaías 29:21)
Porque éste es un pueblo rebelde, hijos falsos, Hijos que no quieren escuchar La instrucción del SEÑOR; (Isaías 30:9)
Haré de Jerusalén un montón de ruinas, Una guarida de chacales, Y de las ciudades de Judá una desolación, sin habitante." (Jeremías 9:11)
Se alborotó toda la ciudad, y llegó el pueblo corriendo de todas partes. Apoderándose de Pablo lo arrastraron fuera del templo, y al instante cerraron las puertas. (Hechos 21:30)
Pero los principales sacerdotes provocaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. (Marcus 15:11)
Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús. (Mateo 27:20)
Cuando Jesús llegó al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a El mientras enseñaba, diciendo: "¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién Te dio esta autoridad?" (Mateo 21:23)
Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie Lo prendió, porque todavía no había llegado Su hora. (Juan 8:20)
Pero los Judíos, llenos de envidia, llevaron algunos hombres malvados de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudad. Asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. (Hechos 17:5)
Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de ganancia para ellos, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades. (Hechos 16:19)
Entonces tomaron piedras para tirárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo. (Juan 8:59)
Les dimos órdenes estrictas de no continuar enseñando en este Nombre, y han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y quieren traer sobre nosotros la sangre de este Hombre." (Hechos 5:28)
Pero los Judíos instigaron a las mujeres piadosas (religiosas o devotas) y distinguidas, y a los hombres más prominentes de la ciudad, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de su región. (Hechos 13:50)