Entonces Ezequías había preguntado: "¿Cuál será la señal de que subiré a la casa del SEÑOR?"
(Isaías 38:22)En aquel tiempo Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías porque oyó que había estado enfermo y se había recuperado.
(Isaías 39:1)Se alegró por ello Ezequías y les mostró la casa de su tesoro: la plata y el oro, las especias y el aceite precioso, todo su arsenal y todo lo que se hallaba en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.
(Isaías 39:2)Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le preguntó: "¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?" Y Ezequías respondió: "Han venido a mí de un país lejano, de Babilonia."
¿Qué han visto en tu casa?" preguntó el profeta. "Han visto todo lo que hay en mi casa," respondió Ezequías; "no hay nada entre mis tesoros que yo no les haya mostrado."
(Isaías 39:4)Entonces Isaías dijo a Ezequías: "Oye la palabra del SEÑOR de los ejércitos:
(Isaías 39:5)Ciertamente vienen días cuando todo lo que hay en tu casa y todo lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia; nada quedará,' dice el SEÑOR.
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Isaías 39:3 - Referencia Cruzada
Voy a traer de lejos una nación contra ustedes, oh casa de Israel," declara el SEÑOR. Es una nación fuerte, Es una nación antigua, Una nación cuya lengua no conoces, Y no podrás entender lo que hable.
(Jeremías 5:15)El SEÑOR levantará contra ti una nación de lejos, desde el extremo de la tierra, que descenderá veloz como águila, una nación cuya lengua no entenderás,
(Deuteronomio 28:49)Ve y dile a Ezequías: 'Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: "He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a añadir quince años a tus días.
(Isaías 38:5)Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Amasías, y le envió un profeta que le dijo: "¿Por qué has buscado a los dioses de otro pueblo que no pudieron librar a su propio pueblo de tu mano?"
(2 Crónicas 25:15)Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: "¿Qué han dicho esos hombres y de dónde han venido a ti?" Y Ezequías respondió: "Han venido de un país lejano, de Babilonia."
(2 Reyes 20:14)Así dice el SEÑOR: "Desciende a la casa del rey de Judá y habla allí esta palabra:
(Jeremías 22:1)Pero el vidente Jehú, hijo de Hananí, salió a encontrarlo y dijo al rey Josafat: "¿Vas a ayudar al impío y amar a los que odian al SEÑOR, y con esto traer sobre ti la ira del SEÑOR?
(2 Crónicas 19:2)En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: "Así dice el SEÑOR: 'Pon tu casa en orden, porque vas a morir y no vivirás.'"
(Isaías 38:1)Ellos le dijeron: "Tus siervos han venido de un país muy lejano a causa de la fama del SEÑOR tu Dios. Porque hemos oído hablar de El, de todo lo que hizo en Egipto,
(Josué 9:9)En ese tiempo el vidente Hananí vino a Asa, rey de Judá, y le dijo: "Por cuanto te has apoyado en el rey de Aram y no te has apoyado en el SEÑOR tu Dios, por eso el ejército del rey de Aram ha escapado de tu mano.
(2 Crónicas 16:7)Entonces el SEÑOR envió a Natán a David. Y Natán vino a él y le dijo: "Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
(2 Samuel 12:1)Vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: "Hemos venido de un país lejano. Hagan, pues, pacto con nosotros."
(Josué 9:6)