Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces David dijo al mensajero: "Así dirás a Joab: 'No tengas pesar por esto, porque la espada devora tanto a uno como al otro. Haz más fuerte tu combate contra la ciudad y destrúyela'; y tú aliéntalo." (2 Samuel 11:25)
Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido. (2 Samuel 11:26)
Cuando pasó el luto, David mandó traerla a su casa, y ella fue su mujer; y dio a luz un hijo. Pero lo que David había hecho fue malo a los ojos del SEÑOR. (2 Samuel 11:27)
Entonces el SEÑOR envió a Natán a David. Y Natán vino a él y le dijo: "Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
El rico tenía muchas ovejas y vacas. (2 Samuel 12:2)
Pero el pobre no tenía más que una corderita Que él había comprado y criado, La cual había crecido junto con él y con sus hijos. Comía de su pan, bebía de su copa y dormía en su seno, Y era como una hija para él. (2 Samuel 12:3)
Vino un viajero a visitar al hombre rico Y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus vacas Para preparar comida para el caminante que había venido a él, Sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a visitarlo." (2 Samuel 12:4)

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2 Samuel 12:1 - Referencia Cruzada

Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá a Betel (Casa de Dios) por palabra del SEÑOR, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso. (1 Reyes 13:1)
Cuando se lo contaron a David, le dijeron: "Urías no bajó a su casa," David dijo a Urías: "¿No has venido de hacer un viaje? ¿Por qué no bajaste a tu casa?" (2 Samuel 11:10)
Después de muchos días, la palabra del SEÑOR vino a Elías en el tercer año, diciéndole: "Ve, muéstrate a Acab, y enviaré lluvia sobre la superficie de la tierra." (1 Reyes 18:1)
Para el director del coro. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, el profeta Natán lo visitó. Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; Conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones. (Salmos 51:1)
Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de él. (2 Samuel 14:14)
Jesús añadió: "Cierto hombre tenía dos hijos; (Lucas 15:11)
Sucedió que cuando el rey David ya moraba en su casa, y el SEÑOR le había dado descanso de sus enemigos por todos lados, (2 Samuel 7:1)
Conforme a todas estas palabras y conforme a toda esta visión, así Natán habló a David. (2 Samuel 7:17)
Escuchen otra parábola. Había una vez un hacendado que PLANTO UNA VIÑA Y LA CERCO CON UN MURO, Y CAVO EN ELLA UN LAGAR Y EDIFICO UNA TORRE, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. (Mateo 21:33)
Y cierto hombre de los hijos de los profetas dijo a otro por palabra del SEÑOR: "Te ruego que me hieras." Pero el hombre se negó a herirlo. (1 Reyes 20:35)
Pero el ángel del SEÑOR dijo a Elías el Tisbita: "Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: '¿Acaso no hay Dios en Israel para que ustedes vayan a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón?' (2 Reyes 1:3)
Cuando se lo informaron a Jotam, fue y se paró en la cumbre del Monte Gerizim, y alzando su voz, clamó y les dijo: "Escúchenme, habitantes de Siquem, para que los oiga Dios. (Jueces 9:7)
Cantaré ahora a mi amado, El canto de mi amado acerca de Su viña. Mi bien amado tenía una viña en una fértil colina. (Isaías 5:1)
A causa de la iniquidad de su codicia, Me enojé y lo herí. Escondí Mi rostro y Me indigné, Y él siguió desviándose por el camino de su corazón. (Isaías 57:17)
Entonces David dijo al mensajero: "Así dirás a Joab: 'No tengas pesar por esto, porque la espada devora tanto a uno como al otro. Haz más fuerte tu combate contra la ciudad y destrúyela'; y tú aliéntalo." (2 Samuel 11:25)
Cuando David se levantó por la mañana, la palabra del SEÑOR vino al profeta Gad, vidente de David, diciendo: (2 Samuel 24:11)
Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez. (Lucas 16:19)
¿Qué te sucede?" le dijo el rey. Ella le respondió: "Ciertamente soy viuda, pues mi marido ha muerto." (2 Samuel 14:5)