Y se estremecieron los cimientos de los umbrales a la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
(Isaías 6:4)Entonces dije: "¡Ay de mí! Porque perdido estoy, Pues soy hombre de labios inmundos Y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, Porque mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de los ejércitos."
(Isaías 6:5)Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano, que había tomado del altar con las tenazas.
(Isaías 6:6)Con él tocó mi boca, y me dijo: "Esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado."
Y oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?" "Aquí estoy; envíame a mí," le respondí.
(Isaías 6:8)Y El dijo: "Ve, y dile a este pueblo: 'Escuchen bien, pero no entiendan; Miren bien, pero no comprendan.'
(Isaías 6:9)Haz insensible el corazón de este pueblo, Endurece sus oídos, Y nubla sus ojos, No sea que vea con sus ojos, Y oiga con sus oídos, Y entienda con su corazón, Y se arrepienta y sea curado."
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Isaías 6:7 - Referencia Cruzada
Y uno semejante a un hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: "Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia y me he quedado sin fuerzas.
(Daniel 10:16)Pero El fue herido (traspasado) por nuestras transgresiones, Molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre El, Y por Sus heridas (llagas) hemos sido sanados.
(Isaías 53:5)Pero quiso el SEÑOR Quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, Verá a Su descendencia, Prolongará Sus días, Y la voluntad del SEÑOR en Su mano prosperará.
(Isaías 53:10)Y Le trajeron un paralítico echado en una camilla; y Jesús, viendo la fe de ellos, dijo al paralítico: "Anímate, hijo, tus pecados te son perdonados."
(Mateo 9:2)Entonces el SEÑOR extendió Su mano y tocó mi boca. Y el SEÑOR me dijo: "Yo he puesto Mis palabras en tu boca.
(Jeremías 1:9)Pero si andamos en la Luz, como El está en la Luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
(1 Juan 1:7)Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Y si alguien peca, tenemos Abogado (Intercesor) para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
(1 Juan 2:1)Yo, Yo soy el que borro tus transgresiones por amor a Mí mismo, Y no recordaré tus pecados.
(Isaías 43:25)Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la novilla, rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne,
(Hebreos 9:13)