Nueva Biblia Latinoamericana
Y yo vi que la sabiduría sobrepasa a la insensatez, como la luz a las tinieblas. (Eclesiastés 2:13)
El sabio tiene ojos en su cabeza, Pero el necio anda en tinieblas. Aunque yo sé también que ambos corren la misma suerte. (Eclesiastés 2:14)
Entonces me dije: "Como la suerte del necio, así también será la mía. ¿Para qué, pues, me aprovecha haber sido tan sabio?" Y me dije: "También esto es vanidad. (Eclesiastés 2:15)
Porque no hay memoria duradera del sabio ni del necio, ya que todos serán olvidados en los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!"
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. (Eclesiastés 2:17)
Asimismo aborrecí todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol, el cual tendré que dejar al hombre que vendrá después de mí. (Eclesiastés 2:18)
¿Y quién sabe si será sabio o necio? Sin embargo, él tendrá dominio sobre todo el fruto de mi trabajo con que me afané obrando sabiamente bajo el sol. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2:19)

Otras publicaciones relacionadas con "Eclesiastés 2:16":

Samuel Caraballo
Alégrate, joven, pero ...
Artículo sobre la juventud y la importancia de vivir según los preceptos de Dios


Mercedes López-Miranda
Necesitamos desesperadamente sabiduría
En este artículo, la autora Mercedes López-Miranda habla sobre la importancia de buscar la sabiduría divina en lugar de la sabiduría terrenal. La sabiduría divina trae orden y estabilidad a la vida y permite estar en una actitud de vigilancia en términos de decisiones sabias.


Eclesiastés 2:16 - Referencia Cruzada

Y así como está decretado (establecido) que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio, (Hebreos 9:27)
Se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no había conocido a José, (Éxodo 1:8)
No hay memoria de las cosas primeras Ni tampoco de las postreras que sucederán; No habrá memoria de ellas Entre los que vendrán después. (Eclesiastés 1:11)
Entonces los que temían (reverenciaban) al SEÑOR se hablaron unos a otros, y el SEÑOR prestó atención y escuchó, y fue escrito delante de El un libro memorial para los que temen (reverencian) al SEÑOR y para los que estiman Su nombre. (Malaquías 3:16)
Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. (Éxodo 1:6)
¿Se darán a conocer Tus maravillas en las tinieblas, Y Tu justicia en la tierra del olvido? (Salmos 88:12)
Porque él ve que aun los sabios mueren; El torpe y el necio perecen de igual manera, Y dejan sus riquezas a otros. (Salmos 49:10)
Pues ¿qué ventaja tiene el sabio sobre el necio? ¿Qué ventaja tiene el pobre que sabe comportarse entre los vivientes? (Eclesiastés 6:8)
Cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser, Y su lugar ya no la reconoce. (Salmos 103:16)
Porque los que viven saben que han de morir, Pero los muertos no saben nada, Ni tienen ya ninguna recompensa, Porque su recuerdo está olvidado. (Eclesiastés 9:5)
Y el rey entonó una elegía por Abner, y dijo: "¿Había de morir Abner como muere un insensato? (2 Samuel 3:33)
El sabio tiene ojos en su cabeza, Pero el necio anda en tinieblas. Aunque yo sé también que ambos corren la misma suerte. (Eclesiastés 2:14)