Nueva Biblia Latinoamericana
Para el director del coro; con instrumentos de cuerda. Masquil de David. Escucha, oh Dios, mi oración, Y no Te escondas de mi súplica. (Salmos 55:1)
Atiéndeme y respóndeme; Conmovido estoy en mi queja y muy conturbado, (Salmos 55:2)
A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque echan iniquidad sobre mí, Y con furia me persiguen. (Salmos 55:3)
Angustiado está mi corazón dentro de mí, Y sobre mí han caído los terrores de la muerte.
Terror y temblor me invaden, Y horror me ha cubierto. (Salmos 55:5)
Y dije: "¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría y hallaría reposo. (Salmos 55:6)
Ciertamente huiría muy lejos; Moraría en el desierto. (Selah) (Salmos 55:7)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 55:4":

Samuel Acevedo
Dios mío, por qué me has desamparado?
El pastor habla sobre cómo sentir la presencia de Dios y confiar en su guía y protección, incluso en momentos de sentirse perdido y abandonado.


Nancy G. Marquez
Amparados bajo la sombra de Dios
Artículo sobre cómo encontrar refugio en Dios en momentos de dificultad, basado en el salmo 91:1 y la experiencia del salmista David. Escrito por Nancy G. Marquez.


Salmos 55:4 - Referencia Cruzada

Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: 'Padre, sálvame de esta hora'? Pero para esto he llegado a esta hora. (Juan 12:27)
Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebreos 5:7)
Porque mi alma está llena de males, Y mi vida se ha acercado al Seol. (Salmos 88:3)
Porque mis días han sido consumidos en humo, Y como brasero han sido quemados mis huesos. (Salmos 102:3)
Tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. (Marcus 14:33)
Y tomando con El a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. (Mateo 26:37)
La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy enfermo; Esperé compasión, pero no la hubo; Busqué consoladores, pero no los hallé. (Salmos 69:20)
Los lazos de la muerte me rodearon, Y los terrores del Seol vinieron sobre mí; Angustia y tristeza encontré. (Salmos 116:3)
Mi alma también está muy angustiada; Y Tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo? (Salmos 6:3)
Los lazos de la muerte me cercaron, Y los torrentes de iniquidad me atemorizaron. (Salmos 18:4)
Yo dije: "A la mitad de mis días He de entrar por las puertas del Seol (región de los muertos); Se me priva del resto de mis años." (Isaías 38:10)
Porque no queremos que ignoren, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia (provincia occidental de Asia Menor). Porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. (2 Corintios 1:8)