Nueva Biblia Latinoamericana
Porque Tú, oh SEÑOR, bendices al justo, Como con un escudo lo rodeas de Tu favor. (Salmos 5:12)
Para el director del coro; con instrumentos de cuerda, sobre una lira de ocho cuerdas. Salmo de David. SEÑOR, no me reprendas en Tu ira, Ni me castigues en Tu furor. (Salmos 6:1)
Ten piedad de mí, SEÑOR, porque estoy sin fuerza; Sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen. (Salmos 6:2)
Mi alma también está muy angustiada; Y Tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo?
Vuélvete, SEÑOR, rescata mi alma; Sálvame por Tu misericordia. (Salmos 6:4)
Porque no hay en la muerte memoria de Ti; En el Seol, ¿quién Te da gracias? (Salmos 6:5)
Cansado estoy de mis gemidos; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Con mis lágrimas riego mi cama. (Salmos 6:6)

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Salmos 6:3 - Referencia Cruzada

Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia; Se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas. (Salmos 31:9)
Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas. (Salmos 22:14)
El espíritu del hombre puede soportar su enfermedad, Pero el espíritu quebrantado, ¿quién lo puede sobrellevar? (Proverbios 18:14)
Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón. (Salmos 38:8)
¿Y no hará Dios justicia a Sus escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? (Lucas 18:7)
Para el director del coro. Salmo de David. ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí Tu rostro? (Salmos 13:1)
Entonces les dijo: "Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí." (Mateo 26:38)
Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: 'Padre, sálvame de esta hora'? Pero para esto he llegado a esta hora. (Juan 12:27)
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez Por la salvación de Su presencia. (Salmos 42:5)
En el día de mi angustia busqué al Señor; En la noche mi mano se extendía sin cansarse; Mi alma rehusaba ser consolada. (Salmos 77:2)
¿Rechazará el Señor para siempre? ¿No mostrará más Su favor? (Salmos 77:7)
Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo? Y compadécete de Tus siervos. (Salmos 90:13)
¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues Lo he de alabar otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios! (Salmos 42:11)