Nueva Biblia Latinoamericana
Se levantan testigos malvados, Y de lo que no sé me preguntan. (Salmos 35:11)
Me devuelven mal por bien Para aflicción de mi alma. (Salmos 35:12)
Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; Humillé mi alma con ayuno, Y mi oración se repetía en mi pecho. (Salmos 35:13)
Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá; Como el que está de duelo por la madre, enlutado me encorvaba.
Pero ellos se alegraron en mi tropiezo, y se reunieron; Los agresores, a quienes no conocía, se juntaron contra mí; Me despedazaban sin cesar. (Salmos 35:15)
Como bufones impíos en una fiesta, Rechinaban sus dientes contra mí. (Salmos 35:16)
¿Hasta cuándo, Señor, estarás mirando? Rescata mi alma de sus estragos, Mi única vida de los leones. (Salmos 35:17)

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Salmos 35:14 - Referencia Cruzada

Estoy encorvado y abatido en gran manera, Y ando sombrío todo el día. (Salmos 38:6)
Entonces Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca y ella fue su mujer, y la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre. (Génesis 24:67)
Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)
Entonces David entonó esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán, (2 Samuel 1:17)
Entonces David agarró sus ropas y las rasgó, y así hicieron también todos los hombres que estaban con él. (2 Samuel 1:11)