Nueva Biblia Latinoamericana
Tú me has dado también el escudo de Tu salvación; Tu diestra me sostiene, Y Tu benevolencia me engrandece. (Salmos 18:35)
Ensanchas mis pasos debajo de mí, Y mis pies no han resbalado. (Salmos 18:36)
Perseguí a mis enemigos y los alcancé; Y no me volví hasta acabarlos. (Salmos 18:37)
Los destrocé y no pudieron levantarse; Cayeron debajo de mis pies.
Pues Tú me has ceñido con fuerza para la batalla; Has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron. (Salmos 18:39)
También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, Y destruí a los que me odiaban. (Salmos 18:40)
Clamaron, pero no hubo quién los salvara; Aun al SEÑOR clamaron, pero no les respondió. (Salmos 18:41)

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Salmos 18:38 - Referencia Cruzada

David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al Filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro. (1 Samuel 17:49)
De nuevo hubo guerra entre los Filisteos e Israel. Descendió David con sus siervos, y mientras peleaban contra los Filisteos, David se cansó. (2 Samuel 21:15)
El somete pueblos debajo de nosotros, Y naciones bajo nuestros pies. (Salmos 47:3)
Entonces todas las tribus de Israel fueron a David, en Hebrón, y le dijeron: "Aquí estamos, hueso suyo y carne suya somos. (2 Samuel 5:1)
Y David los hirió desde el anochecer hasta el atardecer del día siguiente. Ninguno de ellos escapó, excepto 400 jóvenes que montaron en camellos y huyeron. (1 Samuel 30:17)
Allí han caído los que obran iniquidad; Han sido derribados y no se pueden levantar. (Salmos 36:12)
Allí fue derrotado el pueblo de Israel delante de los siervos de David, y la matanza aquel día allí fue grande: 20,000 hombres. (2 Samuel 18:7)
Los he consumido y los he destrozado, y no pudieron levantarse; Cayeron debajo de mis pies. (2 Samuel 22:39)
Después de esto, David derrotó a los Filisteos y los sometió, y David tomó el mando de la ciudad principal de mano de los Filisteos. (2 Samuel 8:1)
Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los Filisteos; y él se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad. Así libró David a los habitantes de Keila. (1 Samuel 23:5)
Sucedió después de esto que murió el rey de los Amonitas, y su hijo Hanún reinó en su lugar. (2 Samuel 10:1)