Imitando a Cristo - por amor al mundo
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Faustino de Jesús Zamora VargasEl cristiano no debe sorprenderse si el mundo le aborrece. La Palabra que nos dio el Señor, si ha calado en nuestra vida y da señales de transformación de la manera en que vivimos, va a mostrar que nos somos de este mundo. La Palabra tiene también el propósito de santificarnos (separarnos) para la gloria de Dios.
Desde que somos depositarios de la Palabra de Dios y luchamos por hacerla realidad en nuestras vidas, el mundo comienza a tornarse en el lugar adonde ya no pertenecemos. Una falsa interpretación del concepto “mundo” llevó a muchos hombres y mujeres a convertirse en ascetas, o sea, a vivir religiosamente con sobriedad como ermitaños, apartados totalmente del mundo y de la sociedad para dedicarse solamente a la oración, la meditación y la comunión con Dios. Pero ese no es el mensaje del evangelio de Jesucristo. Él anhela todo lo contrario: aunque no somos del mundo, hemos sido enviados al mundo a cumplir una misión gloriosa.