Nueva Biblia Latinoamericana
Y el rey dijo a Hazael: "Toma un presente en tu mano y ve al encuentro del hombre de Dios y consulta al SEÑOR por medio de él, diciendo: '¿Sanaré de esta enfermedad?'" (2 Reyes 8:8)
Hazael fue a ver a Eliseo, y tomó un presente en su mano de todo lo bueno de Damasco, la carga de cuarenta camellos; y vino y se puso delante de él y le dijo: "Su hijo Ben Adad, rey de Aram, me ha enviado a usted, y preguntarle: '¿Sanaré de esta enfermedad?'" (2 Reyes 8:9)
Entonces Eliseo le dijo: "Ve y dile: 'Ciertamente usted sanará'; pero el SEÑOR me ha mostrado que ciertamente morirá." (2 Reyes 8:10)
Y puso rígido su rostro y fijó sus ojos en Hazael hasta que se sintió avergonzado, y el hombre de Dios lloró.
Y Hazael dijo: "¿Por qué llora mi señor?" Entonces respondió: "Porque sé el mal que harás a los Israelitas: incendiarás sus fortalezas, matarás a espada a sus jóvenes, estrellarás a sus niños y rasgarás el vientre a sus mujeres encinta." (2 Reyes 8:12)
Entonces Hazael dijo: "Pero, ¿qué es su siervo, sino un perro, para que haga tan enorme cosa?" Y Eliseo respondió: "El SEÑOR me ha mostrado que usted será rey de Aram." (2 Reyes 8:13)
Entonces Hazael se alejó de Eliseo y regresó a su señor, quien le dijo: "¿Qué te dijo Eliseo?" Y él respondió: "Me dijo que ciertamente usted sanará." (2 Reyes 8:14)

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2 Reyes 8:11 - Referencia Cruzada

Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)
Tú les dirás esta palabra: 'Que viertan lágrimas mis ojos noche y día, Sin cesar, Porque con gran quebranto ha sido quebrantada la virgen hija de mi pueblo, De una herida muy dolorosa. (Jeremías 14:17)
Lloró tan fuerte que lo oyeron los Egipcios, y la casa de Faraón se enteró de ello. (Génesis 45:2)
Ríos de lágrimas vierten mis ojos, Porque ellos no guardan Tu ley. (Salmos 119:136)
de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. (Romanos 9:2)
Pero si no escuchan esto, Mi alma sollozará en secreto por tal orgullo; Mis ojos llorarán amargamente Y se llenarán de lágrimas, Porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR. (Jeremías 13:17)
Jesús lloró. (Juan 11:35)
¡Alma mía, alma mía! (¡Entrañas mías, entrañas mías!) Estoy angustiado, ¡oh corazón mío! Mi corazón se agita dentro de mí; No callaré, Porque has oído, alma mía, El sonido de la trompeta, El pregón de guerra. (Jeremías 4:19)
He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los Judíos. (Hechos 20:19)
Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)
Que se apresuren y eleven una lamentación por nosotros, Para que derramen lágrimas nuestros ojos Y fluya agua de nuestros párpados. (Jeremías 9:18)
Porque muchos andan como les he dicho muchas veces, y ahora se lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo, (Filipenses 3:18)
Pero cuando le insistieron hasta la saciedad, dijo: "Envíenlos." Entonces enviaron cincuenta hombres; y buscaron durante tres días, pero no lo hallaron. (2 Reyes 2:17)
Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas. (Hechos 20:31)