Nueva Biblia Latinoamericana
Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos (supervisores) para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con Su propia sangre. (Hechos 20:28)
Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces entre ustedes que no perdonarán el rebaño. (Hechos 20:29)
También de entre ustedes mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. (Hechos 20:30)
Por tanto, estén alerta, recordando que por tres años, de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas.
Ahora los encomiendo a Dios y a la palabra de Su gracia, que es poderosa para edificarlos y darles la herencia entre todos los santificados. (Hechos 20:32)
Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado. (Hechos 20:33)
Ustedes saben que estas manos me sirvieron para mis propias necesidades y las de los que estaban conmigo. (Hechos 20:34)

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Hechos 20:31 - Referencia Cruzada

¡Estén alerta! Vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza." (Apocalipsis 16:15)
Pero velen en todo tiempo, orando para que tengan fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y puedan estar en pie delante del Hijo del Hombre." (Lucas 21:36)
Porque recuerdan, hermanos, nuestros trabajos y fatigas, cómo, trabajando de día y de noche para no ser carga a ninguno de ustedes, les proclamamos el evangelio de Dios. (1 Tesalonicenses 2:9)
El primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando salir al día siguiente, y prolongó su discurso hasta la medianoche. (Hechos 20:7)
ni comimos de balde el pan de nadie, sino que con dificultad y fatiga trabajamos día y noche a fin de no ser carga a ninguno de ustedes. (2 Tesalonicenses 3:8)
Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos. (Hechos 19:10)
Les exhortamos, hermanos, a que amonesten a los indisciplinados, animen a los desalentados, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos. (1 Tesalonicenses 5:14)
Obedezcan a sus pastores (guías) y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas, como quienes han de dar cuenta. Permítanles que lo hagan con alegría y no quejándose, porque eso no sería provechoso para ustedes. (Hebreos 13:17)
Volviendo arriba, después de partir el pan y de comer, conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. (Hechos 20:11)
Hijo de hombre, te he puesto por centinela de la casa de Israel. Cuando oigas la palabra de Mi boca, adviérteles de Mi parte. (Ezequiel 3:17)
A El nosotros proclamamos (anunciamos), amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo. (Colosenses 1:28)
Pero cuando vio que muchos de los Fariseos y Saduceos venían para el bautismo, les dijo: "¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? (Mateo 3:7)
Después de varios años, he venido para traer limosnas a mi nación y a presentar ofrendas. (Hechos 24:17)
Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio. (2 Timoteo 4:5)
Pablo entró en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando abiertamente, discutiendo y persuadiéndoles acerca del reino de Dios. (Hechos 19:8)
Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta. (Marcus 13:34)
No les escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a hijos míos amados. (1 Corintios 4:14)
Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. (Mateo 13:25)
He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los Judíos. (Hechos 20:19)