Filipenses 3:18 - Referencia Cruzada

Son olas furiosas del mar, que arrojan como espuma su propia vergüenza (sus actos vergonzosos); estrellas errantes para quienes la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre. (Judas 1:13)

Ríos de lágrimas vierten mis ojos, Porque ellos no guardan Tu ley. (Salmos 119:136)

Pero si no escuchan esto, Mi alma sollozará en secreto por tal orgullo; Mis ojos llorarán amargamente Y se llenarán de lágrimas, Porque ha sido hecho cautivo el rebaño del SEÑOR. (Jeremías 13:17)

envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Gálatas 5:21)

Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no anden así como andan también los Gentiles (paganos), en la vanidad de su mente. (Efesios 4:17)

No hago nula la gracia de Dios, porque si la justicia viene por medio de la Ley, entonces Cristo murió en vano." (Gálatas 2:21)

También de entre ustedes mismos se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos. (Hechos 20:30)

¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, (1 Corintios 6:9)

¿Quién es débil sin que yo sea débil? ¿A quién se le hace pecar sin que yo no me preocupe intensamente? (2 Corintios 11:29)

Pues así el SEÑOR me habló con gran poder y me instruyó para que no anduviera en el camino de este pueblo, y dijo: (Isaías 8:11)

de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. (Romanos 9:2)

Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios. (1 Corintios 1:18)

Porque con certeza ustedes saben esto: que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. (Efesios 5:5)

Porque oímos que algunos entre ustedes andan desordenadamente, sin trabajar, pero andan metiéndose en todo. (2 Tesalonicenses 3:11)

Quién me diera que mi cabeza se hiciera agua, Y mis ojos fuente de lágrimas, Para que yo llorara día y noche Por los muertos de la hija de mi pueblo. (Jeremías 9:1)

Que nadie peque ni defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes les dijimos y advertimos solemnemente. (1 Tesalonicenses 4:6)

especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas, (2 Pedro 2:10)

Pero cuando vi que no andaban con rectitud en cuanto a la verdad del evangelio, dije a Pedro (Cefas) delante de todos: "Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como los Judíos, ¿por qué obligas a los Gentiles a vivir como Judíos? (Gálatas 2:14)

Pues por la mucha aflicción y angustia de corazón les escribí con muchas lágrimas, no para entristecerlos, sino para que conozcan el amor que tengo especialmente por ustedes. (2 Corintios 2:4)

Los que desean agradar en la carne tratan de obligarlos a que se circunciden, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. (Gálatas 6:12)

Cuando Jesús se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, (Lucas 19:41)

Pido siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos ustedes, (Filipenses 1:4)

Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo, porque Sus obras son todas verdaderas y justos Sus caminos. El puede humillar a los que caminan con soberbia." (Daniel 4:37)

He servido al Señor con toda humildad, con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los Judíos. (Hechos 20:19)

Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo (el Mesías). (2 Corintios 11:13)

que en realidad no es otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban a ustedes y quieren pervertir el evangelio de Cristo. (Gálatas 1:7)

Algunos, a la verdad, predican a Cristo (el Mesías) aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad. (Filipenses 1:15)