Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores, (2 Reyes 4:18)
y dijo a su padre: "¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!" Y el padre dijo a un criado: "Llévalo a su madre." (2 Reyes 4:19)
Y tomándolo, el criado lo llevó a su madre, y el niño estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió. (2 Reyes 4:20)
Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, cerró la puerta, y salió.
Luego llamó a su marido y le dijo: "Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese." (2 Reyes 4:22)
Y él dijo: "¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposo." Y ella respondió: "Quédate en paz." (2 Reyes 4:23)
Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: "Arrea y anda; no detengas el paso por mí a menos que yo te lo diga." (2 Reyes 4:24)

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2 Reyes 4:21 - Referencia Cruzada

Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí." (2 Reyes 4:10)
Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre su cama. (2 Reyes 4:32)
Dame a tu hijo," le respondió Elías. Y él lo tomó de su regazo y lo llevó a la cámara alta donde él vivía, y lo acostó en su propia cama. (1 Reyes 17:19)
Entonces ella fue y se lo contó al hombre de Dios. Y él le dijo: "Ve, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos pueden vivir de lo que quede." (2 Reyes 4:7)