Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el tiempo que Eliseo le había dicho.
(2 Reyes 4:17)
Cuando el niño creció, llegó el día en que salió al campo adonde estaba su padre con los segadores,
(2 Reyes 4:18)
y dijo a su padre: "¡Ay, mi cabeza, mi cabeza!" Y el padre dijo a un criado: "Llévalo a su madre."
(2 Reyes 4:19)
Y tomándolo, el criado lo llevó a su madre, y el niño estuvo sentado en sus rodillas hasta el mediodía, y murió.
Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, cerró la puerta, y salió.
(2 Reyes 4:21)
Luego llamó a su marido y le dijo: "Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese."
(2 Reyes 4:22)
Y él dijo: "¿Por qué vas hoy a él? No es luna nueva ni día de reposo." Y ella respondió: "Quédate en paz."
(2 Reyes 4:23)
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2 Reyes 4:20 - Referencia Cruzada
José tuvo un sueño y cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más.
(Génesis 37:5)
Como a uno a quien consuela su madre, así los consolaré Yo; En Jerusalén serán consolados."
(Isaías 66:13)
y una espada traspasará aun tu propia alma, a fin de que sean revelados los pensamientos de muchos corazones."
(Lucas 2:35)
Y Dios dijo: "Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que Yo te diré."
(Génesis 22:2)
Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe el encanto de tus ojos; pero no te lamentarás, ni llorarás, ni correrán tus lágrimas.
(Ezequiel 24:16)
Pero sucedió que después de estas cosas, se enfermó el hijo de la mujer dueña de la casa; y su enfermedad fue tan grave que no quedó aliento en él.
(1 Reyes 17:17)
Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella.
(Lucas 7:12)
Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
(Juan 11:5)
Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: "Lázaro ha muerto;
(Juan 11:14)
Israel amaba a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.
(Génesis 37:3)
Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: "Señor, el que Tú amas está enfermo."
(Juan 11:3)
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, Sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvidara, Yo no te olvidaré.
(Isaías 49:15)