Nueva Biblia Latinoamericana
Y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico. Como Pablo continuaba hablando, Eutico fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, se cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto. (Hechos 20:9)
Pero Pablo bajó y se tendió sobre él, y después de abrazarlo, dijo: "No se alarmen, porque está vivo." (Hechos 20:10)
Volviendo arriba, después de partir el pan y de comer, conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. (Hechos 20:11)
Al muchacho se lo llevaron vivo, y quedaron grandemente consolados.
Entonces nosotros, adelantándonos a tomar la nave, salimos para Asón, con el propósito de recoger allí a Pablo, pues así lo había decidido, deseando él ir por tierra hasta Asón. (Hechos 20:13)
Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene. (Hechos 20:14)
Saliendo de allí, al día siguiente llegamos frente a Quío; y al otro día atracamos en Samos. Habiendo hecho escala en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto. (Hechos 20:15)

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Hechos 20:12 - Referencia Cruzada

Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia, (2 Tesalonicenses 2:16)
Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para fortalecerlos y alentarlos respecto a la fe de ustedes; (1 Tesalonicenses 3:2)
Consuelen, consuelen a Mi pueblo," dice su Dios. (Isaías 40:1)
Por tanto, confórtense (aliéntense) los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo. (1 Tesalonicenses 5:11)
Les exhortamos, hermanos, a que amonesten a los indisciplinados, animen a los desalentados, sostengan a los débiles y sean pacientes con todos. (1 Tesalonicenses 5:14)
Por tanto, confórtense (aliéntense) unos a otros con estas palabras. (1 Tesalonicenses 4:18)
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. (2 Corintios 1:4)
a quien he enviado a ustedes precisamente para esto, para que sepan de nosotros y para que consuele sus corazones. (Efesios 6:22)