Nueva Biblia Latinoamericana
Así Israel ha estado en rebeldía contra la casa de David hasta hoy. (1 Reyes 12:19)
Cuando todo Israel supo que Jeroboam había vuelto, enviaron a llamarlo a la asamblea y lo hicieron rey sobre todo Israel. No hubo quien siguiera a la casa de David, sino sólo la tribu de Judá. (1 Reyes 12:20)
Cuando Roboam llegó a Jerusalén, reunió a toda la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, 180,000 hombres, guerreros escogidos, para pelear contra la casa de Israel y restituir el reino a Roboam, hijo de Salomón. (1 Reyes 12:21)
Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo:
Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciéndoles: (1 Reyes 12:23)
Así dice el SEÑOR: "No subirán ni pelearán contra sus hermanos los Israelitas. Vuelva cada uno a su casa, porque de Mí ha venido esto."'" Y ellos escucharon la palabra del SEÑOR, y se volvieron para irse conforme a la palabra del SEÑOR. (1 Reyes 12:24)
Entonces Jeroboam edificó Siquem en la región montañosa de Efraín, y habitó allí. De allí salió y edificó Penuel. (1 Reyes 12:25)

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1 Reyes 12:22 - Referencia Cruzada

Cuando el rey oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar y dijo: "¡Préndanlo!" Pero la mano que extendió contra él se le quedó rígida, de modo que no podía volverla hacia sí. (1 Reyes 13:4)
Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los Israelitas antes de morir. (Deuteronomio 33:1)
Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el Monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: "Mira, allá viene la Sunamita. (2 Reyes 4:25)
Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se abrazó de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado." (2 Reyes 4:27)
Entonces Eliseo le dijo: "Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo." Y ella dijo: "No, señor mío, hombre de Dios, no engañe usted a su sierva." (2 Reyes 4:16)
Pero la palabra del SEÑOR vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo: (2 Crónicas 11:2)
Luego llamó a su marido y le dijo: "Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y regrese." (2 Reyes 4:22)
Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá a Betel (Casa de Dios) por palabra del SEÑOR, cuando Jeroboam estaba junto al altar para quemar incienso. (1 Reyes 13:1)
Y ella le dijo a Elías: "¿Qué tengo que ver contigo, oh hombre de Dios? ¡Has venido para traer a memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo!" (1 Reyes 17:18)
Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. (1 Timoteo 6:11)
Moraba entonces en Betel un anciano profeta; y sus hijos fueron y le contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel. Las palabras que él había hablado al rey, también las contaron a su padre. (1 Reyes 13:11)
Entonces la mujer dijo a Elías: "Ahora conozco que tú eres hombre de Dios, y que la palabra del SEÑOR en tu boca es verdad." (1 Reyes 17:24)
Entonces el profeta Semaías vino a Roboam y a los príncipes de Judá que se habían reunido en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: "Así dice el SEÑOR: 'Ustedes me han abandonado, por eso también Yo los abandono en manos de Sisac.'" (2 Crónicas 12:5)