Nueva Biblia Latinoamericana
Rahab les dijo: "Vayan a la región montañosa, no sea que los perseguidores los encuentren. Escóndanse allí por tres días hasta que los perseguidores regresen. Entonces pueden seguir su camino." (Josué 2:16)
Los hombres le dijeron: "Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho jurar, (Josué 2:17)
a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padre. (Josué 2:18)
Cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres; pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él.
Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar." (Josué 2:20)
Rahab respondió: "Conforme a lo que ustedes han dicho, así sea." Y los envió. Ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana. (Josué 2:21)
Los espías se fueron y llegaron a la región montañosa. Allí permanecieron por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado. (Josué 2:22)

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Josué 2:19 - Referencia Cruzada

Cuando David lo supo después, dijo: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del SEÑOR de la sangre de Abner, hijo de Ner. (2 Samuel 3:28)
y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la Ley, sino la que es por la fe en Cristo (el Mesías), la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, (Filipenses 3:9)
Pablo dijo al centurión y a los soldados: "Si éstos no permanecen en la nave, ustedes no podrán salvarse." (Hechos 27:31)
Después el rey envió a llamar a Simei, y le dijo: "Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y no salgas de allí a ninguna parte. (1 Reyes 2:36)
El que esté en la azotea, no baje a sacar las cosas de su casa; (Mateo 24:17)
En cuanto a ustedes, la unción que recibieron de El permanece en ustedes, y no tienen necesidad de que nadie les enseñe. Pero así como Su unción les enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como les ha enseñado, ustedes permanecen en El. (1 Juan 2:27)
El SEÑOR hará volver su sangre sobre su propia cabeza, porque él atacó a dos hombres más justos y mejores que él y los mató a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. (1 Reyes 2:32)
La sangre les será a ustedes por señal en las casas donde estén. Cuando Yo vea la sangre pasaré de largo, y ninguna plaga vendrá sobre ustedes para destruirlos cuando Yo hiera la tierra de Egipto. (Éxodo 12:13)
Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, (Hechos 20:26)
Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos. (Levítico 20:11)
Y los hombres le dijeron: "Nuestra vida responderá por la de ustedes, si no revelan nuestro propósito. Y sucederá que cuando el SEÑOR nos dé la tierra, te trataremos con bondad y lealtad (sinceridad)." (Josué 2:14)
¿Cuánto más, cuando hombres malvados han matado a un hombre justo en su propia casa y sobre su cama, no demandaré ahora su sangre de las manos de ustedes, borrándolos de la tierra?" (2 Samuel 4:11)
Todo aquél que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, su culpa de sangre sea sobre él. (Levítico 20:9)
Pero cuando los Judíos se le opusieron y blasfemaron, él sacudió sus ropas y les dijo: "Su sangre sea sobre sus cabezas; yo soy limpio; desde ahora me iré a los Gentiles." (Hechos 18:6)
Pues el SEÑOR pasará para herir a los Egipcios. Cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el SEÑOR pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en sus casas para herirlos . (Éxodo 12:23)
Pero si el que causó la muerte del otro sale alguna vez de los límites de la ciudad de refugio a la cual pudo huir, (Números 35:26)
Y David le dijo: "Tu sangre sea sobre tu cabeza, porque tu boca ha testificado contra ti, al decir: 'Yo he matado al ungido del SEÑOR.'" (2 Samuel 1:16)
y el que oye el sonido de la trompeta no se da por advertido, y viene una espada y se lo lleva, su sangre recaerá sobre su propia cabeza. (Ezequiel 33:4)
Viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: "Soy inocente de la sangre de este Justo. ¡Allá ustedes!" (Mateo 27:24)
¿Cuánto mayor castigo piensan ustedes que merecerá el que ha pisoteado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha tenido por inmunda la sangre del pacto por la cual fue santificado, y ha ultrajado al Espíritu de gracia? (Hebreos 10:29)