Nueva Biblia Latinoamericana
David le preguntó al joven que se lo había contado: "¿De dónde eres?" "Soy hijo de un extranjero, un Amalecita," le respondió. (2 Samuel 1:13)
Y David le dijo: "¿Cómo es que no tuviste temor de extender tu mano para destruir al ungido del SEÑOR?" (2 Samuel 1:14)
Llamando David a uno de los jóvenes, le dijo: "Ve, mátalo." Y él lo hirió, y murió. (2 Samuel 1:15)
Y David le dijo: "Tu sangre sea sobre tu cabeza, porque tu boca ha testificado contra ti, al decir: 'Yo he matado al ungido del SEÑOR.'"
Entonces David entonó esta elegía por Saúl y por su hijo Jonatán, (2 Samuel 1:17)
y ordenó que enseñaran a los hijos de Judá el cántico del arco; el cual está escrito en el Libro de Jaser: (2 Samuel 1:18)
Tu hermosura, oh Israel, ha perecido sobre tus montes. ¡Cómo han caído los valientes! (2 Samuel 1:19)

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2 Samuel 1:16 - Referencia Cruzada

Oyó el sonido de la trompeta pero no se dio por advertido; su sangre recaerá sobre él. Pero si hubiera hecho caso, habría salvado su vida. (Ezequiel 33:5)
Por tanto, les doy testimonio en este día de que soy inocente de la sangre de todos, (Hechos 20:26)
Todo el pueblo contestó: "¡Caiga Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!" (Mateo 27:25)
Tu propia boca te condena, y no yo, Y tus propios labios testifican contra ti. (Job 15:6)
Todo aquél que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente se le dará muerte; ha maldecido a su padre o a su madre, su culpa de sangre sea sobre él. (Levítico 20:9)
Cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres; pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él. (Josué 2:19)
De la sangre de ustedes, de la vida de ustedes, ciertamente pediré cuenta: a cualquier animal, y a cualquier hombre, pediré cuenta; de cada hombre pediré cuenta de la vida de un ser humano. (Génesis 9:5)
Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza." (1 Reyes 2:37)
Cuando David lo supo después, dijo: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del SEÑOR de la sangre de Abner, hijo de Ner. (2 Samuel 3:28)
Pero David dijo a Abisai: "No lo mates, pues, ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar sin castigo?" (1 Samuel 26:9)
El le contestó: 'Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré? (Lucas 19:22)
Así no se derramará sangre inocente en medio de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y no seas culpable de derramar sangre. (Deuteronomio 19:10)
Si alguna mujer se llega a un animal para tener trato sexual con él, matarás a la mujer y al animal; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos. (Levítico 20:16)
Si hay adivino o espiritista entre ellos, hombre o mujer, ciertamente han de morir; serán apedreados; su culpa de sangre sea sobre ellos.'" (Levítico 20:27)
para que viniera la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y recayera la sangre de ellos sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los habitantes de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos. (Jueces 9:24)
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. (Romanos 3:19)
Si te has enredado con las palabras de tu boca, Si con las palabras de tu boca has sido atrapado, (Proverbios 6:2)
Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, ha descubierto la desnudez de su padre; ciertamente han de morir los dos; su culpa de sangre sea sobre ellos. (Levítico 20:11)
El SEÑOR hará volver su sangre sobre su propia cabeza, porque él atacó a dos hombres más justos y mejores que él y los mató a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. (1 Reyes 2:32)
Me puse, pues, junto a él y lo maté, porque yo sabía que él no podía vivir después de haber caído. Tomé la corona que estaba en su cabeza y la pulsera que estaba en su brazo, y los he traído aquí a mi señor." (2 Samuel 1:10)
también presta a interés y exige con usura; ¿vivirá? ¡No vivirá! Ha cometido todas estas abominaciones, ciertamente morirá; su sangre será sobre él. (Ezequiel 18:13)