Nueva Biblia Latinoamericana
Cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres; pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él. (Josué 2:19)
Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar." (Josué 2:20)
Rahab respondió: "Conforme a lo que ustedes han dicho, así sea." Y los envió. Ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana. (Josué 2:21)
Los espías se fueron y llegaron a la región montañosa. Allí permanecieron por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado.
Entonces los dos hombres regresaron y bajaron de la región montañosa, y pasaron y vinieron a Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había acontecido. (Josué 2:23)
Y dijeron a Josué: "Ciertamente, el SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante nosotros." (Josué 2:24)
Josué se levantó muy de mañana; y él y todos los Israelitas salieron de Sitim y llegaron al Jordán. Allí acamparon antes de cruzar. (Josué 3:1)

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Josué 2:22 - Referencia Cruzada

Entonces los siervos de Absalón fueron a la casa de la mujer y dijeron: "¿Dónde están Ahimaas y Jonatán?" Y la mujer les dijo: "Ellos han pasado el arroyo." Buscaron, y al no encontrarlos, regresaron a Jerusalén. (2 Samuel 17:20)
Y Saúl trató de clavar a David en la pared con la lanza, pero éste se echó de la presencia de Saúl, y la lanza se clavó en la pared. David huyó y escapó aquella noche. (1 Samuel 19:10)
Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él. (Salmos 32:6)