Nueva Biblia Latinoamericana
a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padre. (Josué 2:18)
Cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres; pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabeza si alguien pone su mano sobre él. (Josué 2:19)
Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar." (Josué 2:20)
Rahab respondió: "Conforme a lo que ustedes han dicho, así sea." Y los envió. Ellos se fueron, y ella ató el cordón escarlata a la ventana.
Los espías se fueron y llegaron a la región montañosa. Allí permanecieron por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado. (Josué 2:22)
Entonces los dos hombres regresaron y bajaron de la región montañosa, y pasaron y vinieron a Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había acontecido. (Josué 2:23)
Y dijeron a Josué: "Ciertamente, el SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante nosotros." (Josué 2:24)

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Josué 2:21 - Referencia Cruzada

a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padre. (Josué 2:18)
Su madre dijo a los que servían: "Hagan todo lo que El les diga." (Juan 2:5)
Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; (Mateo 7:24)