Nueva Biblia Latinoamericana
sino que los destruirás por completo: a los Hititas, Amorreos, Cananeos, Ferezeos, Heveos y Jebuseos, tal como el SEÑOR tu Dios te ha mandado, (Deuteronomio 20:17)
para que ellos no les enseñen a ustedes a imitar todas las abominaciones que ellos han hecho con sus dioses y no pequen contra el SEÑOR su Dios. (Deuteronomio 20:18)
Cuando sities una ciudad por muchos días, peleando contra ella para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo el hacha contra ellos; no los talarás, pues de ellos puedes comer. Porque, ¿es acaso el árbol del campo un hombre para que le pongas sitio? (Deuteronomio 20:19)
Sólo los árboles que sabes que no dan fruto podrás destruir y talar, para construir máquinas de sitio contra la ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga.
Si en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para que la poseas, fuera encontrado alguien asesinado, tendido en el campo, y no se sabe quién lo mató, (Deuteronomio 21:1)
entonces tus ancianos y tus jueces irán y medirán la distancia a las ciudades que están alrededor del muerto. (Deuteronomio 21:2)
Y sucederá que los ancianos de la ciudad más próxima al lugar donde fue hallado el muerto, tomarán de la manada una novilla que no haya trabajado y que no haya llevado yugo; (Deuteronomio 21:3)

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Deuteronomio 20:20 - Referencia Cruzada

Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Corten sus árboles, Y pongan sitio contra Jerusalén. Esta es la ciudad que ha de ser castigada, Todo dentro de ella es opresión. (Jeremías 6:6)
Ni con poderoso ejército ni con gran compañía lo ayudará Faraón en la guerra, cuando levanten terraplenes y construyan muros de asedio para cortar muchas vidas. (Ezequiel 17:17)
Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá, las cuales han sido derribadas para hacer defensas contra los terraplenes de asalto y contra la espada: (Jeremías 33:4)
Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: 'El no entrará en esta ciudad ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo ni levantará terraplén contra ella. (Isaías 37:33)
Y en Jerusalén hizo máquinas de guerra inventadas por hombres hábiles para ponerlas en las torres y en las esquinas, para arrojar flechas y grandes piedras. Por eso su fama se extendió hasta muy lejos, porque fue ayudado en forma prodigiosa hasta que se hizo muy fuerte. (2 Crónicas 26:15)
¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: "El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac."' (Deuteronomio 1:28)
Había una pequeña ciudad con pocos hombres en ella. Llegó un gran rey, la cercó y construyó contra ella grandes baluartes. (Eclesiastés 9:14)