Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías por segunda vez, mientras él estaba aún detenido en el patio de la guardia:
(Jeremías 33:1)Así dice el SEÑOR que hizo la tierra, el SEÑOR que la formó para establecerla; el SEÑOR es Su nombre:
(Jeremías 33:2)Clama a Mí, y Yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces.'
(Jeremías 33:3)Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y acerca de las casas de los reyes de Judá, las cuales han sido derribadas para hacer defensas contra los terraplenes de asalto y contra la espada:
Mientras ellos vienen a pelear contra los Caldeos que llenarán la ciudad con los cadáveres de los hombres que herí en Mi ira y en Mi furor, pues Yo había escondido Mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad.
(Jeremías 33:5)Pero ciertamente Yo le traeré salud y sanidad; los sanaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
(Jeremías 33:6)Restauraré el bienestar de Judá y el bienestar de Israel y los reedificaré como eran al principio.
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Jeremías 33:4 - Referencia Cruzada
En su mano derecha estaba la adivinación: Jerusalén. ¡A colocar arietes, a llamar a la matanza, a alzar la voz en grito de guerra, a poner arietes contra las puertas, a levantar terraplenes, a edificar muro de asedio!
(Ezequiel 21:22)Entonces pon sitio contra ella: edifica un muro de asedio contra ella, echa un terraplén contra ella, pon campamentos delante de ella, y coloca contra ella arietes alrededor.
(Ezequiel 4:2)Matará a espada a tus hijas que están tierra adentro. Edificará contra ti muros de asedio, levantará contra ti un terraplén y alzará contra ti un escudo grande.
(Ezequiel 26:8)Se burla de los reyes, Y los gobernantes le son motivo de risa; Se ríe de toda fortaleza, Amontona escombros para tomarla.
(Habacuc 1:10)Los terraplenes de asalto han llegado a la ciudad para tomarla. La ciudad va a ser entregada en manos de los Caldeos que pelean contra ella, por causa de la espada, el hambre y la pestilencia. Lo que habías hablado ha venido a ser, y Tú lo estás viendo.
(Jeremías 32:24)