Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces Caleb calmó al pueblo delante de Moisés, y dijo: "Debemos ciertamente subir y tomar posesión de ella, porque sin duda la conquistaremos." (Números 13:30)
Pero los hombres que habían subido con él dijeron: "No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros." (Números 13:31)
Y dieron un mal informe a los Israelitas de la tierra que habían reconocido, diciendo: "La tierra por la que hemos ido para reconocerla es una tierra que devora a sus habitantes, y toda la gente que vimos en ella son hombres de gran estatura. (Números 13:32)
Vimos allí también a los gigantes (los hijos de Anac son parte de la raza de los gigantes); y a nosotros nos pareció que éramos como langostas; y así parecíamos ante sus ojos."
Entonces toda la congregación levantó la voz y clamó, y el pueblo lloró aquella noche. (Números 14:1)
Todos los Israelitas murmuraron contra Moisés y Aarón, y toda la congregación les dijo: "¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá hubiéramos muerto en este desierto! (Números 14:2)
¿Por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada? Nuestras mujeres y nuestros hijos van a caer cautivos. ¿No sería mejor que nos volviéramos a Egipto?" (Números 14:3)

Otras publicaciones relacionadas con "Números 13:33":

Dr. Roberto Miranda
Buena semilla, pero mala tierra
El Capítulo 13 de Números relata la historia de los hebreos que se preparan para entrar en la Tierra Prometida, pero la primera generación de hebreos no pudo entrar debido a su incredulidad y falta de fe. Solo Caleb y Josué, quienes le creyeron a Dios, alcanzaron la bendición. Este artículo nos exhorta a convertirnos en tierra fértil para recibir las semillas de bendición que Dios quiere plantar en nosotros.


Samuel Acevedo
No temas, ni desmayes
En este artículo, Samuel Acevedo nos recuerda la importancia de no temer ni desmayar en nuestra vida cristiana y cómo mantener una relación viva con Dios para encontrar paz y bendición en Él.


Dr. Roberto Miranda
Al mitad del camino
En este artículo, el pastor Roberto Miranda habla sobre el proceso de transporte y conquista del pueblo de Dios en la tierra prometida, y cómo es necesario reconocer la tierra antes de entrar en ella. También comparte sobre el proyecto de construcción de la iglesia y la importancia de tener recursos financieros para completarlo, animando a la congregación a renovar su compromiso de dar y tener una mentalidad de suficiencia.


Números 13:33 - Referencia Cruzada

Y subieron por el Neguev, y llegaron hasta Hebrón, donde estaban Ahimán, Sesai y Talmai, los descendientes de Anac. Hebrón fue edificada siete años antes que Zoán en Egipto. (Números 13:22)
un pueblo grande y alto, los hijos de los Anaceos, a quienes conoces y de quienes has oído decir: '¿Quién puede resistir ante los hijos de Anac?' (Deuteronomio 9:2)
El es el que está sentado sobre la redondez de la tierra, Cuyos habitantes son como langostas. El es el que extiende los cielos como una cortina Y los despliega como una tienda para morar. (Isaías 40:22)
También mató a un Egipcio, un hombre grande de 2.25 metros de estatura; y en la mano del Egipcio había una lanza como un rodillo de tejedor, pero Benaía descendió a él con un palo, y arrebatando la lanza de la mano del Egipcio, lo mató con su propia lanza. (1 Crónicas 11:23)
Porque sólo Og, rey de Basán, quedaba de los gigantes. Su cama era una cama de hierro; está en Rabá, ciudad de los Amonitas. Tenía 9 codos (4 m) de largo y 1.6 metros de ancho, según el codo de un hombre (la distancia del codo al fin de mano, 45 cm). (Deuteronomio 3:11)
Hubo guerra otra vez en Gat, donde había un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total. El también descendía del gigante. (2 Samuel 21:20)
Cuando el Filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido. (1 Samuel 17:42)
Entonces de los ejércitos de los Filisteos salió un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya estatura era de casi tres metros (6 codos y un palmo). (1 Samuel 17:4)
(Antes habitaban allí los Emitas, un pueblo tan grande, numeroso y alto como los Anaceos. (Deuteronomio 2:10)
¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: "El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac."' (Deuteronomio 1:28)
Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres y ellas les dieron hijos. Estos son los héroes (valientes) de la antigüedad, hombres de renombre. (Génesis 6:4)