Nueva Biblia Latinoamericana
Pero si en la calva de la cabeza o de la frente aparece una infección blanca rojiza, es lepra que brota en la calva de su cabeza o en la calva de su frente. (Levítico 13:42)
Entonces el sacerdote lo examinará; y si la hinchazón de la infección es blanca rojiza en la calva de la cabeza o en la calva de la frente, como la apariencia de la lepra en la piel del cuerpo, (Levítico 13:43)
es un leproso, es inmundo. El sacerdote ciertamente lo declarará inmundo; su infección está en su cabeza. (Levítico 13:44)
En cuanto al leproso que tenga la infección, sus vestidos estarán rasgados, el cabello de su cabeza estará descubierto, se cubrirá el bozo y gritará: '¡Inmundo, inmundo!'
Permanecerá inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo. Vivirá solo; su morada estará fuera del campamento. (Levítico 13:46)
Cuando un vestido tenga una marca de lepra, sea un vestido de lana o de lino, (Levítico 13:47)
sea en la urdimbre o en la trama, de lino o de lana, en cuero o en cualquier artículo hecho de cuero, (Levítico 13:48)

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Levítico 13:45 - Referencia Cruzada

Cuando Rubén volvió al pozo, José ya no estaba en el pozo. Entonces rasgó sus vestidos; (Génesis 37:29)
Los videntes serán avergonzados, Y confundidos los adivinos. Todos ellos se cubrirán la boca Porque no hay respuesta de Dios. (Miqueas 3:7)
Rasguen su corazón y no sus vestidos." Vuelvan ahora al SEÑOR su Dios, Porque El es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal. (Joel 2:13)
Entonces Tamar se puso ceniza sobre la cabeza, rasgó el vestido de manga larga que llevaba puesto, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza. (2 Samuel 13:19)
Por eso me retracto, Y me arrepiento en polvo y ceniza." (Job 42:6)
¡Apártense! ¡Inmundos!" gritaban de sí mismos. "¡Apártense, apártense, no nos toquen!" Así que huyeron y vagaron. Entre las naciones se decía: "No seguirán residiendo entre nosotros." (Lamentaciones 4:15)
Ni el rey ni ninguno de sus siervos que oyeron todas estas palabras tuvieron temor ni rasgaron sus vestiduras. (Jeremías 36:24)
Luego Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: "No descubran su cabeza ni rasguen sus vestidos, para que no mueran y para que El no desate todo Su enojo contra toda la congregación. Pero sus hermanos, toda la casa de Israel, se lamentarán por el incendio que el SEÑOR ha traído. (Levítico 10:6)
Acostémonos en nuestra vergüenza, y que nos cubra nuestra humillación, porque hemos pecado contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros padres desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos obedecido la voz del SEÑOR nuestro Dios." (Jeremías 3:25)
Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciendo: "Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que Tú entres bajo mi techo; (Lucas 7:6)
y al entrar en cierta aldea, Le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, (Lucas 17:12)
Todos nosotros somos como el inmundo, Y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas. Todos nos marchitamos como una hoja, Y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. (Isaías 64:6)
Gime en silencio, no hagas duelo por los muertos; átate el turbante, ponte el calzado en los pies y no te cubras los bigotes ni comas pan de duelo." (Ezequiel 24:17)
Y el que sea sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza haya sido derramado el aceite de la unción y que haya sido consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza ni rasgará sus vestiduras. (Levítico 21:10)
Yo nací en iniquidad, Y en pecado me concibió mi madre. (Salmos 51:5)
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, (Job 1:20)
Porque yo reconozco mis transgresiones, Y mi pecado está siempre delante de mí. (Salmos 51:3)
Entonces dije: "¡Ay de mí! Porque perdido estoy, Pues soy hombre de labios inmundos Y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, Porque mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de los ejércitos." (Isaías 6:5)
Harán como Yo he hecho; no cubrirán sus bigotes ni comerán pan de duelo. (Ezequiel 24:22)
Apártense, apártense, salgan de allí, Nada inmundo toquen. Salgan de en medio de ella, purifíquense, Ustedes que llevan las vasijas del SEÑOR. (Isaías 52:11)
Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: "¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!" (Lucas 5:8)