Nueva Biblia Latinoamericana
Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, (Apocalipsis 13:16)
para que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, la cual es el nombre de la bestia o el número de su nombre. (Apocalipsis 13:17)
Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, que calcule el número de la bestia, porque el número es el de un hombre, y su número es 666. (Apocalipsis 13:18)
Miré que el Cordero estaba de pie sobre el Monte Sion, y con El 144,000 que tenían el nombre del Cordero y el nombre de Su Padre escrito en la frente.
Oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno. La voz que oí era como el sonido de arpistas tocando sus arpas. (Apocalipsis 14:2)
Y cantaban un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos. Nadie podía aprender el cántico, sino los 144,000 que habían sido rescatados (comprados) de la tierra. (Apocalipsis 14:3)
Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados (comprados) de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero. (Apocalipsis 14:4)

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Apocalipsis 14:1 - Referencia Cruzada

Al vencedor le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12)
Vino entonces a mí la palabra del SEÑOR: "¿Qué ves tú, Jeremías?" "Veo una vara de almendro," respondí. (Jeremías 1:11)
que decían a gran voz: "El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza." (Apocalipsis 5:12)
Porque el SEÑOR ha escogido a Sion; La quiso para Su habitación. (Salmos 132:13)
Ustedes, en cambio, se han acercado al Monte Sion y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, (Hebreos 12:22)
Y miré, y había un caballo amarillento. El que estaba montado en él se llamaba Muerte, y el Hades (región de los muertos) lo seguía. Y se les dio autoridad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con pestilencia y con las fieras de la tierra. (Apocalipsis 6:8)
y El me preguntó: "¿Qué ves, Amós?" "Una canasta de fruta de verano," respondí. Entonces el SEÑOR me dijo: "Ha llegado el fin para Mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo. (Amós 8:2)
No hagan daño, ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios." (Apocalipsis 7:3)
tal como está escrito: "HE AQUI, PONGO EN SION UNA PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO; Y EL QUE CREA EN EL NO SERA AVERGONZADO." (Romanos 9:33)
Después miré, y en el firmamento que estaba sobre las cabezas de los querubines, vi que apareció sobre ellos como una piedra de zafiro de apariencia semejante a un trono. (Ezequiel 10:1)
Y miré, y había una nube blanca, y en la nube estaba sentado uno semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz afilada. (Apocalipsis 14:14)
Después me llevó a la entrada del atrio, y miré que había un agujero en el muro. (Ezequiel 8:7)
Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo. Y la primera voz que yo había oído, como sonido de trompeta que hablaba conmigo, decía: "Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas." (Apocalipsis 4:1)
Después de estas cosas miré, y se abrió el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo. (Apocalipsis 15:5)
Haré de la coja un remanente, Y de la perseguida una nación fuerte. Y el SEÑOR reinará sobre ellos en el Monte Sion Desde ahora y para siempre. (Miqueas 4:7)
Y todo aquél que invoque el nombre del SEÑOR Será salvo; Porque en el Monte Sion y en Jerusalén Habrá salvación, Como ha dicho el SEÑOR, Y entre los sobrevivientes estarán los que el SEÑOR llame. (Joel 2:32)
Entonces miré, y vi cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda junto a cada querubín; el aspecto de las ruedas era como el brillo de una piedra de Tarsis. (Ezequiel 10:9)
Entonces uno de los ancianos me dijo: "No llores; mira, el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido para abrir el libro y sus siete sellos." (Apocalipsis 5:5)
Entonces yo, Daniel, miré, y vi que otros dos estaban de pie, uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. (Daniel 12:5)
Entonces miré que una mano estaba extendida hacia mí, y en ella había un libro (un rollo). (Ezequiel 2:9)
Y me preguntó: "¿Qué ves?" Y respondí: "Veo un candelabro todo de oro con su depósito en la parte superior, y sus siete lámparas encima de él con siete tubos para cada una de las lámparas que tiene encima; (Zacarías 4:2)
Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, (Apocalipsis 13:16)
Les digo, que a todo el que Me confiese delante de los hombres, el Hijo del Hombre lo confesará también ante los ángeles de Dios; (Lucas 12:8)
Mientras miraba, vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube con fuego fulgurante y un resplandor a su alrededor. En su centro había algo como un metal refulgente en medio del fuego. (Ezequiel 1:4)
Luego me llevó por el camino de la puerta del norte al frente del templo; miré que la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR, y me postré sobre mi rostro. (Ezequiel 44:4)
Pero Sion dijo: "El SEÑOR me ha abandonado, El Señor se ha olvidado de mí." (Isaías 49:14)
Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey Sobre Sion, Mi santo monte." (Salmos 2:6)