Nueva Biblia Latinoamericana
Pues es mejor padecer por hacer el bien, si así es la voluntad de Dios, que por hacer el mal. (1 Pedro 3:17)
Porque también Cristo (el Mesías) murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu. (1 Pedro 3:18)
En el espíritu también fue y predicó a los espíritus encarcelados, (1 Pedro 3:19)
quienes en otro tiempo fueron desobedientes cuando la paciencia de Dios esperaba en los días de Noé durante la construcción del arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas por medio del agua.
Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo, (1 Pedro 3:21)
quien está a la diestra de Dios, habiendo subido al cielo después de que Le habían sido sometidos ángeles, autoridades y potestades. (1 Pedro 3:22)
Por tanto, puesto que Cristo ha padecido en la carne, ármense también ustedes con el mismo propósito, pues quien ha padecido en la carne ha terminado con el pecado, (1 Pedro 4:1)

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1 Pedro 3:20 - Referencia Cruzada

Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden. (2 Corintios 2:15)
Entonces Dios se acordó de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca. Y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguas. (Génesis 8:1)
Entonces Dios dijo a Noé: "He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos; por eso voy a destruirlos junto con la tierra. (Génesis 6:13)
¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? (Romanos 9:22)
No temas, rebaño pequeño, porque el Padre de ustedes ha decidido darles el reino. (Lucas 12:32)
Esfuércense por entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. (Lucas 13:24)
Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. (Lucas 17:26)
Entonces vino el diluvio sobre la tierra por cuarenta días, y las aguas crecieron y alzaron el arca, y ésta se elevó sobre la tierra. (Génesis 7:17)
Por tanto, el SEÑOR desea tener piedad de ustedes, Y por eso se levantará para tener compasión de ustedes. Porque el SEÑOR es un Dios de justicia; ¡Cuán bienaventurados son todos los que en El esperan! (Isaías 30:18)
Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador (heraldo) de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. (2 Pedro 2:5)
para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, (Efesios 5:26)
Salió, pues, Noé, y con él sus hijos y su mujer y las mujeres de sus hijos. (Génesis 8:18)
En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos. (Génesis 7:13)
Pero estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. (Mateo 7:14)
Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:37)
Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación, tal como les escribió también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada. (2 Pedro 3:15)
Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor reverente preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe. (Hebreos 11:7)
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Entonces el SEÑOR dijo: "Mi Espíritu no luchará para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días 120 años." (Génesis 6:3)