Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo.
(Efesios 5:23)Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
(Efesios 5:24)Maridos, amen a sus mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio El mismo por ella,
(Efesios 5:25)para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra,
a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.
(Efesios 5:27)Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
(Efesios 5:28)Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia;
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Efesios 5:26 - Referencia Cruzada
Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré.
(Ezequiel 36:25)El se dio por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras.
(Tito 2:14)Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite.
(Ezequiel 16:9)Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,
(1 Pedro 3:21)Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado.
(Juan 15:3)Ahora han conocido que todo lo que Me has dado viene de Ti;
(Juan 17:7)según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes.
(1 Pedro 1:2)Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando Su nombre.'
(Hechos 22:16)Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo (Santiago), a los llamados, amados en Dios Padre y guardados para Jesucristo:
(Judas 1:1)El nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo,
(Tito 3:5)Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre.
(Hebreos 10:10)Puesto que en obediencia a la verdad ustedes han purificado sus almas para un amor sincero de hermanos, ámense unos a otros entrañablemente, de corazón puro.
(1 Pedro 1:22)Jesús respondió: "En verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
(Juan 3:5)Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
(1 Corintios 6:11)En el ejercicio de Su voluntad, El nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas.
(Santiago 1:18)acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
(Hebreos 10:22)para que les abras sus ojos a fin de que se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en Mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.'
(Hechos 26:18)En aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza.
(Zacarías 13:1)En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y así prueben que son Mis discípulos.
(Juan 15:8)¿cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno El mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
(Hebreos 9:14)Tomen también el CASCO DE LA SALVACION, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
(Efesios 6:17)Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
(1 Juan 5:6)Santifícalos en la verdad; Tu palabra es verdad.
(Juan 17:17)