Filipenses 1:13 - Referencia Cruzada

Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de ustedes los Gentiles (Efesios 3:1)

Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan (anden) de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. (Efesios 4:1)

Pablo se quedó por dos años enteros en la habitación que alquilaba, y recibía a todos los que iban a verlo, (Hechos 28:30)

Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo. (1 Pedro 4:12)

por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamar lo hable sin temor, como debo hablar. (Efesios 6:20)

Tres días después Pablo convocó a los principales de los Judíos, y cuando se reunieron, les dijo: "Hermanos, sin haber hecho yo nada contra nuestro pueblo ni contra las tradiciones de nuestros padres (de los antepasados), desde Jerusalén fui entregado preso en manos de los Romanos, (Hechos 28:17)

Por tanto, por esta razón he pedido verlos y hablar con ustedes, porque por causa de la esperanza de Israel llevo esta cadena." (Hechos 28:20)

y mientras se retiraban, hablaban entre sí, diciendo: "Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión." (Hechos 26:31)

quien vino a ver nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: 'Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'" (Hechos 21:11)

Y Pablo contestó: " Quisiera Dios que, ya fuera en poco tiempo o en mucho, no sólo usted, sino también todos los que hoy me oyen, llegaran a ser tal como yo soy, a excepción de estas cadenas." (Hechos 26:29)

Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones (mis cadenas) como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia. (Filipenses 1:7)

Todos los santos los saludan, especialmente los de la casa del César. (Filipenses 4:22)

por el cual sufro penalidades, hasta el encarcelamiento como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está presa. (2 Timoteo 2:9)

salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. (Hechos 20:23)

Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. (1 Tesalonicenses 1:8)

Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (el Mesías), por el cual también he sido encarcelado, (Colosenses 4:3)