Nueva Biblia Latinoamericana
No nos gloriamos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino tenemos la esperanza de que conforme la fe de ustedes crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por ustedes, (2 Corintios 10:15)
para predicar el evangelio (anunciar las buenas nuevas) aun a las regiones que están más allá de ustedes, y para no gloriarnos en lo que ya se ha hecho en la esfera de otro. (2 Corintios 10:16)
Pero EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR. (2 Corintios 10:17)
Porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquél a quien el Señor alaba.
Ojalá que me soportaran un poco de insensatez, y en verdad me soportan. (2 Corintios 11:1)
Porque celoso estoy de ustedes con celo de Dios; pues los desposé a un esposo para presentarlos como virgen pura a Cristo. (2 Corintios 11:2)
Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, las mentes de ustedes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo. (2 Corintios 11:3)

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2 Corintios 10:18 - Referencia Cruzada

Dos hombres subieron al templo a orar; uno era Fariseo y el otro recaudador de impuestos. (Lucas 18:10)
No nos recomendamos otra vez a ustedes, sino que les damos oportunidad de estar orgullosos de nosotros, para que tengan respuesta para los que se jactan en las apariencias y no en el corazón. (2 Corintios 5:12)
Por tanto, no juzguen antes de tiempo, sino esperen hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces cada uno recibirá de parte de Dios la alabanza que le corresponda. (1 Corintios 4:5)
Y llegando el que había recibido los cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: 'Señor, usted me entregó cinco talentos; mire, he ganado otros cinco talentos.' (Mateo 25:20)
Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos. Pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento. (2 Corintios 10:12)
Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento de Dios. (Juan 12:43)
Hombres de Israel, escuchen estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre ustedes con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio de ustedes a través de El, tal como ustedes mismos saben. (Hechos 2:22)
pero a ustedes ya los conozco, que no tienen el amor de Dios. (Juan 5:42)
Porque es necesario que entre ustedes haya bandos, a fin de que se manifiesten entre ustedes los que son aprobados. (1 Corintios 11:19)
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso necesitamos, como algunos, cartas de recomendación para ustedes o de parte de ustedes? (2 Corintios 3:1)
para que la prueba de la fe de ustedes, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; (1 Pedro 1:7)
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad. (2 Timoteo 2:15)
Todo camino del hombre es recto ante sus ojos, Pero el SEÑOR sondea los corazones. (Proverbios 21:2)
Que te alabe el extraño, y no tu boca; El extranjero, y no tus labios. (Proverbios 27:2)
Porque el que de esta manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres. (Romanos 14:18)
Y Jesús les dijo: "Ustedes son los que se justifican a sí mismos ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones, porque lo que entre los hombres es de alta estima, abominable es delante de Dios. (Lucas 16:15)
Y rogamos a Dios que no hagan nada malo. No para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que ustedes hagan lo bueno, aunque nosotros aparezcamos reprobados. (2 Corintios 13:7)
Pues es Judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios. (Romanos 2:29)
Saluden a Apeles, el aprobado en Cristo. Saluden a los de la casa de Aristóbulo. (Romanos 16:10)
Pues en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros (servidores) de Dios, en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias, (2 Corintios 6:4)