Nueva Biblia Latinoamericana
Si para otros no soy apóstol, por lo menos para ustedes sí lo soy; pues ustedes son el sello de mi apostolado en el Señor. (1 Corintios 9:2)
Mi defensa contra los que me examinan es ésta: (1 Corintios 9:3)
¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber? (1 Corintios 9:4)
¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas (Pedro)?
¿O acaso sólo Bernabé y yo no tenemos el derecho a no trabajar? (1 Corintios 9:6)
¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño? (1 Corintios 9:7)
¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la Ley esto mismo? (1 Corintios 9:8)

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1 Corintios 9:5 - Referencia Cruzada

Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe. En tales casos el hermano o la hermana no están obligados (sujetos a servidumbre), sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz. (1 Corintios 7:15)
Mientras Jesús aún estaba hablando a la multitud, Su madre y Sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. (Mateo 12:46)
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y enseguida hablaron a Jesús de ella. (Marcus 1:30)
Me refiero a que cada uno de ustedes dice: "Yo soy de Pablo," otro: "yo de Apolos," otro: "yo de Cefas," y otro: "yo de Cristo." (1 Corintios 1:12)
Después de esto Jesús bajó a Capernaúm con Su madre, Sus hermanos y Sus discípulos; pero no se quedaron allí muchos días. (Juan 2:12)
Cuando Jesús llegó a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que estaba en cama con fiebre. (Mateo 8:14)
Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con Sus hermanos. (Hechos 1:14)
Has cautivado mi corazón, hermana mía, esposa mía ; Has cautivado mi corazón con una sola mirada de tus ojos, Con una sola hebra de tu collar. (Cantares 4:9)
Lo designarás, si el anciano es irreprensible, marido de una sola mujer, que tenga hijos creyentes, no acusados de disolución ni de rebeldía. (Tito 1:6)
Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, (1 Timoteo 3:2)
He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa mía ; He recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; He bebido mi vino y mi leche. Coman, amigos; Beban y embriáguense, oh amados." (Cantares 5:1)
Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea, (Romanos 16:1)
¿No es Este el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo (Santiago), José, Judas y Simón? ¿No están Sus hermanas aquí con nosotros?" Y se escandalizaban a causa de El. (Marcus 6:3)
Esos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de algunos alimentos, que Dios los ha creado para que con acción de gracias participen de ellos los que creen y que han conocido la verdad. (1 Timoteo 4:3)
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, unos de una manera y otros de otra. (1 Corintios 7:7)
Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía, Huerto cerrado, fuente sellada. (Cantares 4:12)
La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee, sólo que sea en el Señor. (1 Corintios 7:39)
¿No es Este el Hijo del carpintero? ¿No se llama Su madre María, y Sus hermanos Jacobo (Santiago), José, Simón y Judas? (Mateo 13:55)
Entonces lo trajo a Jesús. Jesús mirándolo, dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan; tú serás llamado Cefas," que quiere decir Pedro (Piedra). (Juan 1:42)
Mateo y Tomás; Jacobo (Santiago), hijo de Alfeo, y Simón, al que llamaban el Zelote; (Lucas 6:15)
a las ancianas, como a madres; a las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza. (1 Timoteo 5:2)
Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo (Santiago), el hermano del Señor. (Gálatas 1:19)
Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin deshonra, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios. (Hebreos 13:4)