¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber?
(1 Corintios 9:4)
¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas (Pedro)?
(1 Corintios 9:5)
¿O acaso sólo Bernabé y yo no tenemos el derecho a no trabajar?
(1 Corintios 9:6)
¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la Ley esto mismo?
(1 Corintios 9:8)
Pues en la Ley de Moisés está escrito: "NO PONDRAS BOZAL AL BUEY CUANDO TRILLA." ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyes?
(1 Corintios 9:9)
¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotros, porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosecha .
(1 Corintios 9:10)
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1 Corintios 9:7 - Referencia Cruzada
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.
(2 Timoteo 4:7)
Esta comisión te confío, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que por ellas pelees la buena batalla,
(1 Timoteo 1:18)
Mi viña, que es mía, está a mi disposición; Los mil siclos son para ti, Salomón, Y doscientos, para los que guardan su fruto."
(Cantares 8:12)
Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan a Mi pueblo: "Ustedes han dispersado Mis ovejas y las han ahuyentado, y no se han ocupado de ellas. Por eso Yo me encargaré de ustedes por la maldad de sus obras," declara el SEÑOR.
(Jeremías 23:2)
Cuando acabaron de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿Me amas más que éstos?" "Sí, Señor, Tú sabes que Te quiero," Le contestó* Pedro. Jesús le dijo: "Apacienta Mis corderos."
(Juan 21:15)
Y habrá suficiente leche de cabra para tu alimento, Para el alimento de tu casa, Y sustento para tus doncellas.
(Proverbios 27:27)
¿Quién es el hombre que ha plantado una viña y no ha tomado aún de su fruto? Que salga y regrese a su casa, no sea que muera en la batalla y otro goce de su fruto.
(Deuteronomio 20:6)
Tengan cuidado de sí mismos y de toda la congregación, en medio de la cual el Espíritu Santo les ha hecho obispos (supervisores) para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con Su propia sangre.
(Hechos 20:28)
Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
(2 Corintios 10:4)
pastoreen el rebaño de Dios entre ustedes, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero (no por ganancias deshonestas), sino con sincero deseo;
(1 Pedro 5:2)
Y por la abundancia de leche que darán, comerá cuajada, porque todo el que quede en la tierra comerá cuajada y miel.
(Isaías 7:22)
El que cuida la higuera comerá su fruto, Y el que atiende a su señor será honrado.
(Proverbios 27:18)
Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
(1 Corintios 3:6)
Sufre penalidades conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús.
(2 Timoteo 2:3)
Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos.
(1 Timoteo 6:12)