Nueva Biblia Latinoamericana
En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por ustedes o por cualquier tribunal humano. De hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo. (1 Corintios 4:3)
Porque no estoy consciente de nada en contra mía. Pero no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor. (1 Corintios 4:4)
Por tanto, no juzguen antes de tiempo, sino esperen hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces cada uno recibirá de parte de Dios la alabanza que le corresponda. (1 Corintios 4:5)
Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a ustedes, para que en nosotros aprendan a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de ustedes se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro.
Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido? (1 Corintios 4:7)
Ya están saciados, ya se han hecho ricos, ya han llegado a reinar sin necesidad de nosotros. Ojalá hubieran llegado a reinar, para que nosotros reináramos también con ustedes. (1 Corintios 4:8)
Porque pienso que Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles en último lugar, como a sentenciados a muerte. Porque hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, tanto para los ángeles como para los hombres. (1 Corintios 4:9)

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1 Corintios 4:6 - Referencia Cruzada

Nadie los defraude de su premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, envanecido sin causa por su mente carnal, (Colosenses 2:18)
Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no hemos predicado, o reciben un espíritu diferente, que no han recibido, o aceptan un evangelio distinto, que no han aceptado, bien lo toleran. (2 Corintios 11:4)
Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos. Pero ellos, midiéndose a sí mismos y comparándose consigo mismos, carecen de entendimiento. (2 Corintios 10:12)
Porque si quisiera gloriarme, no sería insensato, pues diría la verdad. Pero me abstengo de hacerlo para que nadie piense de mí más de lo que ve en mí, u oye de mí. (2 Corintios 12:6)
Entonces respondió Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud: "Moisés, señor mío, detenlos." (Números 11:28)
Digo: ¿Qué es el hombre para que Te acuerdes de él, Y el hijo del hombre para que lo cuides? (Salmos 8:4)
Pero ustedes no dejen que los llamen Rabí; porque Uno es su Maestro y todos ustedes son hermanos. (Mateo 23:8)
Así dice el SEÑOR: "Maldito el hombre que en el hombre confía, Y hace de la carne su fortaleza (brazo), Y del SEÑOR se aparta su corazón. (Jeremías 17:5)
No nos gloriamos desmedidamente, esto es, en los trabajos de otros, sino tenemos la esperanza de que conforme la fe de ustedes crezca, nosotros seremos, dentro de nuestra esfera, engrandecidos aún más por ustedes, (2 Corintios 10:15)
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante. (1 Corintios 13:4)
Todo este tiempo ustedes han estado pensando que nos defendíamos ante ustedes. En realidad, es delante de Dios que hemos estado hablando en Cristo; y todo esto, amados, es para su edificación. (2 Corintios 12:19)
Porque El conoce a los hombres falsos, Y ve la iniquidad sin investigar. (Job 11:11)
para que, tal como está escrito: "EL QUE SE GLORIA, QUE SE GLORIE EN EL SEÑOR." (1 Corintios 1:31)
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios. Pues escrito está: "El es EL QUE PRENDE A LOS SABIOS EN SU propia ASTUCIA." (1 Corintios 3:19)
Así que nadie se jacte (se gloríe) en los hombres, porque todo es de ustedes: (1 Corintios 3:21)
La jactancia de ustedes no es buena. ¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa ? (1 Corintios 5:6)
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. (1 Corintios 8:1)
Me refiero a que cada uno de ustedes dice: "Yo soy de Pablo," otro: "yo de Apolos," otro: "yo de Cefas," y otro: "yo de Cristo." (1 Corintios 1:12)
Porque cuando uno dice: "Yo soy de Pablo," y otro: "Yo soy de Apolos," ¿no son como hombres del mundo ? (1 Corintios 3:4)
¡Y ustedes se han vuelto arrogantes en lugar de haberse entristecido, para que el que de entre ustedes ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de ustedes! (1 Corintios 5:2)
porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos. (1 Tesalonicenses 1:5)
Ustedes ven las cosas según la apariencia exterior. Si alguien tiene confianza en sí mismo de que es de Cristo, considere esto dentro de sí otra vez: que así como él es de Cristo, también lo somos nosotros. (2 Corintios 10:7)
Porque todo esto es por amor a ustedes, para que la gracia que se está extendiendo por medio de muchos, haga que las acciones de gracias abunden para la gloria de Dios. (2 Corintios 4:15)
Pero lo que hago continuaré haciéndolo, a fin de privar de oportunidad a aquéllos que desean una oportunidad de ser considerados iguales a nosotros en aquello en que se glorían. (2 Corintios 11:12)
Algunos de ustedes se han vuelto arrogantes, como si yo no hubiera de ir a verlos. (1 Corintios 4:18)
Dejen de considerar al hombre, cuyo soplo de vida está en su nariz. Pues ¿en qué ha de ser él estimado? (Isaías 2:22)
Porque está escrito: "DESTRUIRE LA SABIDURIA DE LOS SABIOS, Y EL ENTENDIMIENTO DE LOS INTELIGENTES DESECHARE." (1 Corintios 1:19)
Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna. (2 Timoteo 2:10)
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno. (Romanos 12:3)
Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él. (1 Corintios 9:23)
Vinieron a Juan y le dijeron: "Rabí, mira, Aquél que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, está bautizando y todos van a El." (Juan 3:26)
No confíen ustedes en príncipes, Ni en hijo de hombre en quien no hay salvación. (Salmos 146:3)